Las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea en busca de un tratado de libre comercio que rija sus relaciones posBrexit se trasladan esta semana a Londres mientras crece la posibilidad de que no se logre alcanzar un acuerdo a tiempo.
El Reino Unido debía recibir el lunes al negociador jefe de la UE, el francés Michel Barnier, pero un portavoz de Downing Street precisó al mediodía que finalmente las conversaciones no comenzarán hasta el martes.
“Las conversaciones de esta semana son ligeramente más informales (…) Es obviamente una oportunidad para seguir hablando y ver qué progresos se pueden hacer”, agregó.
La ronda anterior terminó anticipadamente la semana pasada en Bruselas debido a la falta de entendimiento entre las partes.
Al cabo de cuatro días de discusiones “siguen existiendo profundas divergencias”, había dicho Barnier. Su homólogo británico, David Frost, habló de “diferencias significativas que persisten (…) sobre varias cuestiones importantes”.
Entre las exigencias de la UE están el garantizar igualdad de condiciones en materia fiscal, ambiental, laboral y de ayudas públicas. Otros escollos giran en torno al reclamo europeo de acceso para sus pesqueros a los ricos caladeros británicos y el rechazo de Londres a que la justicia de la UE desempeñe un papel en el futuro acuerdo.
“Hemos dejado claro reiteradamente que no podemos aceptar propuestas desequilibradas que obliguen al Reino Unido a cumplir la legislación o las normas de la Unión Europea o que impidan el control de nuestros regímenes jurídicos nacionales”, reiteró el lunes el portavoz gubernamental.
El Reino Unido salió oficialmente de la UE el 31 de enero, aunque sigue dentro del mercado único y la unión aduanera mientras negocia la relación comercial que mantendrá con el bloque al término del período de transición, que acaba el 31 de diciembre.
El gobierno de Boris Johnson se niega a ampliar dicho periodo, por lo que el tiempo apremia: sería necesario alcanzar un acuerdo en octubre para dejar tiempo a las respectivas ratificaciones parlamentarias antes de finales de año.
Y Johnson dijo querer tener claro a finales de este mes si es posible o no llegar a un acuerdo.
Los dirigentes británicos y europeos decidieron en junio impulsar la estancada negociación con encuentros semanales en julio, centrados especialmente en los grandes temas de desacuerdo.
Si la negociación fracasa, los dos grandes exsocios comerciales deberían regirse por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que implican mayores aranceles y controles.
Los 27 exsocios de Londres “deberían prepararse a la posibilidad de que no se cierre un trato”, advirtió la canciller alemana, Angela Merkel, al tomar el miércoles su país la presidencia semestral rotativa del bloque.
fahl