Las lluvias torrenciales continuaron el miércoles en el centro de Japón y las autoridades contabilizaban alrededor de 60 muertos por las inundaciones y deslizamientos de tierra, principalmente en el suroeste.
Las fuertes lluvias que comenzaron la madrugada del sábado en la isla de Kyushu ya han causado devastación en la franja suroeste de Japón.
El frente del mal tiempo comenzó a desplazarse y el miércoles por la mañana la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) emitió su advertencia de nivel más alto para las prefecturas de Gifu y Nagano, en el centro.
Un funcionario de la prefectura de Kumamoto, la más gravemente afectada, declaró a la AFP que se habían registrado 55 muertos, a los que se añaden «cuatro personas en paro cardio-respiratorio», expresión utilizada por las autoridades antes de la confirmación oficial de una muerte. Otras dos personas murieron en Omuta, también en la isla de Kyushu.
«En estas áreas, las fuertes lluvias están en un nivel sin precedentes», dijo un funcionario de la JMA.
«Especialmente en áreas designadas como de alto riesgo por deslizamientos de tierra e inundaciones, la posibilidad es extremadamente alta de que algún tipo de desastre ya esté ocurriendo», advirtió.
«Es una situación en la que es necesario hacer todo lo posible para proteger vidas», añadió.
Al menos 80 mil rescatistas ya han sido desplegados en un esfuerzo desesperado por alcanzar a los sobrevivientes varados por inundaciones y deslizamientos de tierra.
El martes por la noche, el primer ministro, Shinzo Abe, se comprometió a duplicar los 10.000 efectivos militares desplegados en el esfuerzo de rescate.
En Kyushu las lluvias habían prácticamente cesado el miércoles por la mañana, dejando a los residentes de luto y tratando de medir la magnitud de los daños.
CS