El influyente senador republicano Mitt Romney se unió este sábado a los demócratas que calificaron de “corrupción” el indulto otorgado por el presidente Donald Trump a su amigo y exasesor Roger Stone.  

“Corrupción histórica, sin precedente: un presidente estadounidense conmuta la pena de prisión de una persona condenada por un jurado por mentir para proteger a ese mismo presidente”, escribió Romney en un mensaje de Twitter.

El senador de Utah y excandidato presidencial republicano en 2012 es uno de los pocos miembros del partido del presidente que critica abiertamente a Trump, y el único republicano que votó en febrero en el Senado a favor de su destitución.

Además, es el primer republicano influyente que se pronuncia públicamente contra la decisión del presidente desde el anunció de la conmutación de la pena.

El millonario republicano conmutó el viernes la pena de prisión de Stone, sentenciado en febrero a 40 meses de cárcel por obstruir una investigación del Congreso sobre posibles vínculos entre el equipo de campaña de Trump y Rusia.

El mandatario volvió a defender a su amigo en un tuit el sábado por la mañana. “Roger Stone fue el blanco de una caza de brujas que nunca debió haber sucedido”, escribió.

Stone, de 60 años, consultor político republicano y confidente de larga data de Trump, había sido hallado culpable en noviembre de mentir al Congreso y sobornar a testigos en el marco de esa investigación.

“¡Roger Stone ahora es un hombre libre!”, dijo la Casa Blanca en un comunicado, a días de que el exasesor se presentara en una prisión federal para comenzar a cumplir su condena la semana próxima.

“Misericordia”

Los demócratas están escandalizados desde el viernes que se hizo el anuncio. “La decisión de Donald Trump de conmutar la sentencia de su asesor de campaña Roger Stone (…) es un asombroso acto de corrupción”, dijo el viernes la líder demócrata del Congreso, Nancy Pelosi.

“El Congreso tomará medidas para prevenir este tipo de fechorías desvergonzadas”, continuó Pelosi en una declaración.

“Necesitamos legislar para asegurar que ningún presidente pueda perdonar o conmutar la sentencia de un individuo involucrado en un encubrimiento para proteger a ese mismo presidente de un proceso penal”, dijo.

La declaración de la Casa Blanca reiteró la acusación de Trump de que el fiscal especial Robert Mueller investigó un presunto delito que nunca se cometió. Argumentó que Stone, por lo tanto, nunca debería haber sido acusado.

“El simple hecho es que si el fiscal especial no hubiera llevado a cabo una investigación absolutamente infundada, el señor Stone no enfrentaría una pena de prisión”, dijo.

En una declaración a la prensa, el abogado de Stone, Grant Smith, dijo que su cliente estaba “increíblemente honrado de que el presidente Trump usara su asombroso y único poder bajo la Constitución de los Estados Unidos para este acto de misericordia”.

El gobierno de Trump ya había intervenido en una ocasión para ayudar a Stone.

Después de que los fiscales recomendaran una pena de prisión de siete a nueve años, el fiscal general Bill Barr, acusado de actuar como el abogado personal de Trump, calificó de excesiva esa decisión.

Los cuatro fiscales que manejaban el caso lo abandonaron y un fiscal recién nombrado recomendó una pena de prisión de tres a cuatro años.

“Dos sistemas”

Adam Schiff, congresista demócrata que condujo el año pasado el juicio político por abuso de poder contra Trump en el Congreso por el caso ruso, fue particularmente duro con el presidente.

“Con Trump ahora hay en Estados Unidos dos sistemas de justicia: uno para los amigos criminales de Trump y otro para todos los demás”.

El jefe de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer, criticó a “un presidente sin ley que considera al Departamento de Justicia como su juguete personal”.

Barr fue fustigado por la decisión de su departamento de retirar el caso contra el primer asesor de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn, quien se declaró culpable en 2017 de mentir al FBI sobre sus contactos con Rusia.

El mes pasado, la administración expulsó a Geoffrey Berman, un fiscal de Nueva York conocido por investigar a los aliados de Trump.

En los últimos meses, el gobierno también despidió o degradó a inspectores generales del Pentágono, la comunidad de inteligencia y el Departamento de Salud y Servicios Humanos, así como a un funcionario de salud de alto rango que cuestionó la promoción por Trump de terapias no probadas contra el Covid-19.

El inspector general del Departamento de Estado, Steve Linick, fue destituido en junio después de llevar a cabo una investigación por mala conducta contra el secretario de Estado Mike Pompeo, muy cercano al presidente.

ica