El gobierno de Trump volvió a presionar este domingo por la reapertura de escuelas en el otoño boreal, en un momento en que el repunte de las infecciones de Covid-19 genera múltiples advertencias de que un regreso prematuro a clases podría empeorar la situación.
Con contagios récord del virus cada día en varias regiones del país, un alto funcionario de salud dijo este domingo que debían contemplarse todas las medidas posibles para contener la enfermedad, e incluso el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, usó el sábado una máscara en público por primera vez.
Sin embargo, en dos entrevistas televisivas, la secretaria de Educación, Betsy DeVos, insistió en la necesidad de reabrir las escuelas.
“Los niños necesitan volver a la escuela, necesitan volver al aula”, dijo DeVos en CNN, aunque reconoció que las condiciones locales deben tenerse en cuenta. “Las familias necesitan que los niños regresen al aula. Y eso se puede hacer de manera segura”, señaló.
En paralelo, otro funcionario de la administración Trump advirtió que los cierres podrían ser necesarios en algunas zonas.
El almirante Brett Giroir, secretario asistente del Departamento de Salud, dijo que con el incremento de las muertes por Covid-19 el gobierno debería poner todas las medidas posibles para contener la enfermedad “encima de la mesa”, inclusive confinamientos.
“Estamos todos muy preocupados”, dijo a la cadena ABC, y llamó a un nuevo cierre de bares, mayor distanciamiento en los restaurantes y un uso prácticamente universal de mascarillas en las áreas más afectadas, en estados del sur del país que habilitaron una reapertura agresiva.
Fondos federales
La presión para reabrir las escuelas viene de arriba, con Trump amenazando con retener los fondos federales a las escuelas que se nieguen a reabrir, algo que DeVos volvió a confirmar.
Trump ha criticado las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para la reapertura segura de las escuelas, diciendo que eran demasiado rígidas y costosas.
Pero muchos en el sistema educativo aseguran que la seguridad de millones de estudiantes, maestros y personal solo se puede garantizar con una combinación de educación remota y en persona, o en algunos casos solo a distancia. Y que si fuera solo en persona, garantizar la seguridad impondría costos extremos.
DeVos fue consultada sobre si el gobierno realmente retendría fondos federales de las escuelas, que generalmente representan alrededor de 10% de los presupuestos escolares locales, una contribución sustancial en un momento en que los costos de reapertura pueden llegar a millones.
“No hay un deseo de quitarles el dinero”, dijo. “De hecho, queremos ver las escuelas abiertas y nos hemos comprometido a garantizar que los recursos estén ahí para hacerlo”.
Pero en una entrevista en la cadena Fox News, DeVos fue más directa y dijo explícitamente que si una escuela no reabre entonces no debería recibir fondos federales.
Eso provocó una aguda réplica de una de la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien calificó los comentarios de DeVos como “negligencia e incumplimiento del deber”.
“Están jugando con la salud de nuestros hijos”, dijo a CNN. “Todos queremos que nuestros hijos regresen a la escuela. Los maestros, los padres y los niños. Pero deben regresar con seguridad”.
Este fin de semana, varios estados en todo el país registraron picos inéditos de contagios diarios.
En particular, Florida (sureste) registró 15 mil 299 nuevos casos de coronavirus en un día, con lo que alcanzó un nuevo récord para un estado en el país, según cifras oficiales publicadas el domingo.
El aumento en los casos de coronavirus ha presionado a algunos gobernadores en los estados del sur a frenar o dar marcha atrás en las reaperturas, y algunos han impuesto el uso de máscaras.
El gobernador demócrata John Bel Edwards, de Louisiana, impuso el sábado el requisito de usar máscaras en la mayoría de las circunstancias y ordenó que se cerraran los bares.
El propio Trump, reticente a usar tapabocas y quien ha restado importancia a su uso, portó uno por primera vez en público el sábado.
“Para que esto funcione debemos tener al 90% de la gente utilizando mascarillas en público en las áreas con puntos calientes (de contagio)”, dijo Giroir.
“Si no conseguimos eso no tendremos control del virus”, agregó. “Es absolutamente esencial”.
Estados Unidos es el país del mundo más afectado por la pandemia, con unas 135 mil muertos y contagios registrados por encima de los 3,2 millones de casos.
Las unidades de cuidados intensivos en muchos hospitales operan cerca del límite de su capacidad, y hubo informes en Arizona de que las autoridades locales adquirieron camiones refrigerados porque las morgues estaban llenándose.
MGL