El presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita, anunció la “disolución de hecho” del Tribunal Constitucional para intentar mitigar los incidentes casi insurreccionales registrados en la capital, Bamako, desde hace dos días.
Las protestas se focalizan en el Tribunal Constitucional y el propio presidente Keita.
En un breve discurso televisado, el segundo en una semana, Keita dijo que derogaría los decretos de nombramiento de los jueces de la corte, lo que equivale a una “disolución de hecho”.
La decisión del Tribunal Constitucional de invalidar 30 resultados de las elecciones legislativas de marzo y abril es considerada un detonante de las protestas, que recrudecieron el viernes y el sábado.
Este movimiento hace temer una mayor inestabilidad en un país enfrentado a ataques yihadistas desde 2012 y a una espiral de violencia intercomunitaria durante los últimos cinco años.
Keita parece allanar el camino para elecciones legislativas parciales en las circunscripciones afectadas por las invalidaciones del Tribunal Constitucional, como recomendó una misión de la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO).
“He decidido derogar los decretos del nombramiento de los miembros que quedan del Tribunal Constitucional y avanzar hacia la aplicación de las recomendaciones de la misión de la CEDEAO“, dijo.
Algunos de los nueve miembros de la corte ya han dimitido. Uno ha fallecido.
Bamako vivió el viernes su peor día de disturbios civiles en años, con al menos cuatro muertos, según el primer ministro Boubuou Cisse, y ataques a símbolos del poder como el parlamento y la televisión nacional.
Por tercera vez en poco más de un mes, el Movimiento del 5 de Junio, una coalición de líderes religiosos y personalidades políticas y de la sociedad civil, hizo salir a las calles a miles de habitantes para pedir la dimisión del presidente Keita, considerado responsable de los males del país.