Óscar Espíndola y Diego Arcos son paramédicos de la Cruz Roja, con más de 15 años de experiencia, trabajan en la ambulancia número 74.
Desde marzo cambió su rutina por completo, ya que además de atender emergencias cotidianas, acuden a los llamados Códigos blancos, personas que presentan síntomas de Covid-19; y en dónde de acuerdo a la oxigenación del paciente se decide si es necesario trasladarlo a un hospital o dejarlo bajo tratamiento en su casa.
Durante la jornada del viernes por la tarde, al acudir a un domicilio de la alcaldía Azcapotzalco, Óscar entró a ver a un paciente que ya estaba diagnosticado con coronavirus desde hace un mes, sin embargo, el señor de 76 años ya no tenía signos vitales.
“Lo más difícil que he visto durante la pandemia es cuando los enfermos se despiden de sus familiares”, cuenta Espíndola.
Diego, quien maneja la unidad y es coordinador de motos, narra que de lo que más miedo tiene es de contagiarse.
“Hace tres meses no veo a mi hija; es difícil ver que por esta situación amigos se contagian; y uno aquí no ve que la emergencia cese”, afirma Arcos.
En un turno, todos los paramédicos pueden llegar a atender 20 Códigos blancos, además de las emergencias cotidianas.
LEG