@guerrerochipres
En el discurso político y periodístico los adversarios del Gobierno parecen estar más dispuestos a encontrar los detalles de “la polarización” que a buscar alternativas al fracaso de “eso” que han constituido como problema nacional. El espíritu comunitario indispensable en esta hora requiere a todos los sectores. Desde empleados y pequeños comerciantes hasta los grandes empresarios, los representantes de cámaras y las autoridades.
La secuencia de soluciones en la expectativa de quienes queremos encontrarlas depende de forma estrecha de las acciones individuales frente a la pandemia. Podemos pensar, por ejemplo, en las medidas estrictas para controlar el flujo de una de las zonas con más tránsito peatonal en la ciudad —el Centro Histórico—, la reapertura paulatina de mercados y centros comerciales, y la implementación de semáforos rojos locales.
El movimiento de la economía será proporcional a la responsabilidad ciudadana. En el compromiso propio está la oportunidad de que la entrada al semáforo verde sea cada vez más posible y, por ende, que el impacto, la pérdida vivida por ciertos sectores, se revierta. En tiempos de confinamiento, el apoyo mutuo se revela como una de nuestras mayores herramientas; el compromiso individual es el compromiso colectivo.
Tal contexto explica la relevancia de la reunión que en días recientes entabló el secretario de Economía, Fadlala Akabani Hneide, con el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia, en su carácter representativo de la sociedad civil y con la presencia de los consejeros honorarios que representan a organizaciones como Canaco Ciudad de México, Anafarmex, Canirac y el Consejo de la Comunicación, así como abanderados de la iniciativa privada.
El sentido es comprender a fondo los nuevos retos que implican la pandemia y la nueva normalidad para el sector productivo. Las condiciones, por supuesto, dieron pie para una reunión virtual en la que se buscó el fortalecimiento de las aptitudes en cada sector.
No está de más puntualizar que las MiPyMES, término que designa a las micro, pequeñas y medianas empresas, han sido respaldadas por el Ejecutivo local y que la vinculación con los pequeños proveedores ha sido un principio fundamental de la estrategia.
Como señaló el presidente de Coparmex, a nivel local, y también consejero honorario, Jesús Padilla Zenteno, el cuidado hacia las empresas es necesario porque ellas son el motor de la economía, o, en otras palabras, la protección de un trabajador es la protección de un proyecto más grande.
El riesgo es latente y se expande al abordar cómo se relaciona el impacto empresarial con la crisis sanitaria, de desempleo o de inseguridad (todas paralelas al reto de la Covid-19 en todo el mundo), y justo por este nuevo orden de prioridades desplegado en todo el país, se llama a cerrar filas como un solo equipo.
El camino hacia el semáforo verde es una oportunidad de fortalecimiento. Los trabajadores, las empresas, los pequeños y grandes proyectos, con el sustento de la autoridad y la sociedad civil, pueden salir juntos de esto.