Angela Merkel realizó el martes una puesta en escena inédita con su sucesor potencial, el bávaro Markus Söder, de 53 años, al cual su buena gestión de la pandemia ha dado el papel de favorito.
Paseo en barco al pie de las montañas bávaras y paseo en carruaje antes de un consejo de ministros de Baviera en el castillo de Herrenchiemsee, todo daba la impresión de una ceremonia bien pensada por la cancillería alemana.
Las dos personalidades más populares de Alemania, conscientes del peso de las imágenes, no escatimaron en símbolos que alimentarán las conjeturas sobre la sucesión de Merkel en 2021.
Baviera es, sin embargo, la región con mayor número de enfermos y de muertes relacionadas con la Covid-19. La causa, según los expertos, está en la proximidad geográfica con un importante foco austríaco y con el norte de Italia.
La invitación a Merkel para participar en el consejo de ministros bávaro, es “una señal de reconciliación tras años difíciles” entre la formación conservadora CDU y su partido hermano bávaro, la CSU, explicó Söder.
Söeder, favorito de las encuestas
Si bien la CSU, que él dirige, nunca ha podido enviar a uno de sus miembros a la cancillería federal, a pesar de dos intentos en 1980 y 2002, esto podrían cambiar el año próximo.
Söder, un coloso de 1,94 m, adepto a los disfraces en carnaval, supera claramente en las encuestas a los otros pretendientes de derecha, ecologistas o de izquierda en la carrera a la cancillería.
Experiodista que se ha convertido a lo largo de los años en un político conocido, no ha dejado de repetir que quiere quedarse en Múnich y no mudarse a Berlín.
El martes se negó a firmar un cartel “Söder candidato a la cancillería” que le presentó un simpatizante.
Desde hace varios meses se ha mostrado particularmente hábil, interesándose en la ecología y en la defensa de las abejas, en un país particularmente sensible a las cuestiones de cambio climático.
Söder también ha sabido aprovechar sus funciones provisionales de presidente de la conferencia de las regiones alemanas, que, al azar, ejerció durante la pandemia. Así, pudo sentarse junto a Merkel en cada rueda de prensa dedicada a la covid-19.
En principio, el papel de pretendiente a la sucesión de la canciller debería corresponder al presidente de su partido. Debe nombrar uno en diciembre tras el retiro de la que durante mucho tiempo fue considerada como la sucesora indiscutible de la canciller, Annegret Kramp Karrenbauer.
Dentro de los candidatos de la CDU en competición se encuentra Armin Laschet, a la cabeza de Renania del Norte-Westfalia que, a las antípodas de Söder, buscó desconfinar demasiado rápido para recuperar la economía y, en las últimas semanas, ha tenido que gestionar varios focos importantes de covid-19.
Otro candidato es Friedrich Merz, un liberal convencido y enemigo jurado de Merkel, que se ha esforzado por tratar de permanecer en el escenario durante la pandemia.
MGL