Foto: AFP Los perros, cuya posibilidad de contagio es escasa, comenzaron su adiestramiento hace un mes  

Cuatro perros de la Policía chilena comenzaron a ser adiestrados para convertirlos en agentes “biodetectores” si su poderoso olfato logra identificar de forma temprana a portadores del coronavirus a través del sudor.

 

Dedicados normalmente a detectar drogas, bombas o personas extraviadas, estos cuatro perros –tres de la raza golden retriever y un labrador, de entre cuatro y cinco años– fueron seleccionados para ser adiestrados en la “detección” de personas con coronavirus.

 

Mediante una alianza entre la Policía chilena y la Universidad Católica de Chile, se levantó el programa para aprovechar la gran capacidad olfativa de los perros, siguiendo experiencias ya desarrolladas en Francia, donde se intentó detectar casos por medio del sudor, explicó a la AFP, Julio Santelices, director de la Escuela de Especialidades de Carabineros.

 

“El virus no tiene un olor, sino que es la infección que genera cambios metabólicos en el individuo en diferentes órganos y en esa respuesta de la fisiología del organismo se generan compuestos que son liberados por el organismo asociados con sulfatos que son en el fondo lo que detectaría el perro”, explicó a la AFP, Fernando Mardones, profesor de epidemiología veterinaria de la Universidad Católica.

 

Los perros tienen 330 millones de receptores en su olfato, tiene una capacidad (olfativa) 50 veces superior a la del ser humano y pueden olfatear a 250 personas por hora. En pruebas realizadas en Europa y Dubai, se logró un 95% de eficacia de los perros para detectar Covid-19, según Santelices.

 

“Lo importante de este estudio científico es que permite a los perros convertirse en biodetectores y detectar de forma temprana este tipo de enfermedad”, sostuvo Santelices.

 

“Hoy hay evidencia de que los perros son capaces de detectar enfermedades infecciosas y no infecciosas como tuberculosis, infecciones parasitarias e incluso también etapas tempranas de desarrollo de cáncer”, sostuvo por su parte Mardones.

 

En la cavidad nasal de los perros se encuentra el epitelio olfativo que contiene neuronas especializadas que se unen a moléculas de olor y envían señales al cerebro que se interpretan como olor.

 

Su extraordinaria capacidad olfativa se debería a que este epitelio forma un laberinto complejo, plegándose y curvándose sobre una serie de protuberancias óseas, llamadas cornetes, según indicó un estudio de la facultad de Medicina de la Universidad de Washington publicado en 2018.

 

Los perros, cuya posibilidad de contagio es escasa según la Organización Mundial de la Salud Animal, comenzaron su adiestramiento hace un mes y utilizarán muestras humanas de sudor que serán tomadas de enfermos de la clínica de la Universidad Católica. Se espera que en agosto inicien su tarea acompañados de un oficial para realizar la detección en lugares como estaciones de autobuses, aeropuertos o puestos de controles sanitarios.

 

 

CS