El presidente de World Athletics, el inglés Sebastian Coe, frenado hasta ahora por riesgos de conflictos de intereses, debería ser elegido miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) este viernes en la 136ª sesión, después de haber dado garantías respecto a lo que se le reprochaba.
El atletismo, uno de los tres deportes principales de los Juegos Olímpicos junto a natación y gimnasia, ocupa tradicionalmente su lugar en los mandos del movimiento olímpico.
Antes que él, el italiano Primo Nebiolo y el senegalés Lamine Diack también ocuparon asiento de miembro del COI.
Pero para Coe, de 63 años, el camino ha sido largo. Pese a sus dos títulos olímpicos en 1.500 metros y sus esfuerzos desde 2015 para devolver la credibilidad perdida a la IAAF (actual World Athletics), ha tenido que esperar.
Otros presidentes de Federaciones Internacionales han llegado antes que él, como el patrón del fútbol, Gianni Infantino.
En diciembre, el presidente del COI, Thomas Bach, explicó al anunciar una lista de candidatos en la que no figuraba Coe que su candidatura no había sido seleccionada por riesgos de “conflicto de intereses”, pero no le cerraba la puerta.
Coe dirige una empresa de asesoría, CSM, cuyas actividades en el movimiento olímpico podrían crear un serio conflicto de intereses.
CSM gestiona los asuntos de centenares de deportistas en activo o retirados, como el rugbier neozelandés Dan Carter, el atleta jamaicano Yohan Blake o el tenista francés Benoît Paire, entre otros.
LEG