Un grupo de astrónomos de Estados Unidos, Chile y otros países pudo observar por primera vez la casi desaparición de una corona de un agujero negro y luego reaparecer.
El brillo de la galaxia 1ES 1927+654, ubicado a 275 años luz, incrementó decenas de veces respecto a su luminosidad anterior, por lo que se requirió al menos 15 meses de observaciones, reportó en un comunicado el Instituto de Tecnología de Massachusetts.
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El fenómeno del núcleo activo implica que en su centro se encuentra un agujero negro supermasivo y la luz que se percibe desde la Tierra solo puede emanar de su corona y su disco de acreción. Acto previo a la llamarada, el brillo en rayos X se redujo 10 mil veces en unos 40 días, es decir, la corona casi desaparece por completo.
“Esperamos que los cambios de luminosidad así de grandes varíen en escalas temporales de muchos miles a millones de años. Pero lo vimos cambiar en 10 mil veces dentro de un año e incluso cambió en un factor de 100 en ocho horas, lo cual es totalmente desconocido y realmente alucinante”, mencionó Erin Kara, profesora asistente de física en el MIT y coautora del estudio Astrophysical Journal Letters.
El equipo propuso la hipótesis del paso de una estrella fugitiva junto al núcleo activo de la galaxia. Los rayos X provenientes de una corona de agujero negro es subproducto de la alimentación del mismo y si dejó de emitir ondas, significa que el suministro de ‘alimentos’ se había cortado, sostienen los investigadores.
Si ese astro pudiese acercarse demasiado al agujero negro del centro galáctico y atraviesa su disco de escombros, entonces dejaría a su paso a la corona si el material del que se alimenta, proponen los científicos.
La hipótesis sobre la implicación de una estrella se apoya en el hecho de que hace varios meses antes de que desapareciera la señal en rayos X, los observatorios en la Tierra vieron brillar el disco de acreción del mismo centro galáctico de onda de luz visible. Los astrónomos atribuyen este brillo a la colisión de la estrella con el disco.
Tiempo después, la corona del agujero negro comenzó a recuperarse dentro de unos 100 días se volvió casi 20 veces más brillantes antes de la drástica atenuación.
Aunque la versión de la estrella fugitiva parece lo más probable, la investigadora Kara dice que el conjunto de datos recabados “tiene muchos enigmas” y la ciencia tendrá que analizar lo sucedido durante mucho tiempo.
EAM