Convertido a fines de 1999 en uno de los más buscados del país, luego de que la entonces Procuraduría General de la República (PGR) le acusara de estar vinculado al narco y conspirar para enviar cocaína a Estados Unidos, el ex gobernador priísta de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, detenido el 24 de mayo del 2001, tras 21 años fuera de su casa logró regresar a ella en calidad de “prisión domiciliaria”, sin intenciones de intervenir en la política local.
Meticuloso en cada una de sus palabras, preciso y consciente que vive bajo un proceso penal, el ex gobernador rechaza interés en participar en la política local o nacional.
“Que política ni que ocho cuartos, quiero estar con mi familia el tiempo que me queda de vida”, responde a pregunta expresa de 24 HORAS, a pesar que su génesis es eso, la política y que ha sido un líder nato desde muy joven.
Amado por mucho y odiado por otros, Villanueva Madrid finalmente está entre los seres que ama: su familia.
Y confiesa: “veo a mi esposa dormir y sé que ha sufrido mucho, que sus largas noches de desvelo y preocupación por mí merecen que me enfoque a estar bien de salud, a estar con ella y disfrutar de lo que me pueda quedar de vida con todas mis enfermedades”.
Feliz de estar en casa en donde festejó su onomástico 72, el exgobernador se dice tranquilo, no se arrepiente de lo que pudo o no hacer, y señala que pagó con la cárcel haberse atrevido a confortar o a la indisciplina política, en alusión a su tan mencionado desacuerdo con el ex presidente Ernesto Zedillo.
Después de pasar 19 años en prisión, además de casi dos de “salto de mata”, dice que nada mejor que estar junto a las personas que le guardan cariño, disfrutando lo que se siente vivir la vida, y que uno no debe estar preocupado por lo que ya pasó.
Tranquilo y sin arrepentirse
En un rápido repaso de su vida, reiteró que se siente tranquilo, sin arrepentimientos.
Incluso, ofrece disculpas a quienes haya ofendido y apunta que los años que pasó en la cárcel le permitieron aprender mucho y comprender qué hay en el fondo y qué orilló a algunas personas a delinquir.
Insiste en que está tranquilo y ve la vida de manera positiva.
“El presente es lo bonito, hay muchas cosas aún para disfrutar”, expresa. También enfatizó que no se arrepiente de haber incursionado en la política, de haber sido servidor público a partir de los 20 años de edad, con cargos de relevancia a los 24.
“No me arrepiento de todos los años en que estuve en la lucha por conseguir algo, logré hacer muchas cosas, avanzamos, pero no soy nadie para juzgar si lo que hice fue bueno o malo, eso le corresponde a la sociedad”, dice.
Con hablar pausado, Mario Villanueva manifiesta que durante su gestión como gobernante no hizo nada que pudiera ir contra la sociedad, tampoco empleó el poder del servicio público para afectar a la gente, de modo que no tiene nada de qué arrepentirse.
Desde su punto de vista, la cárcel pudo ser por una confrontación o indisciplina política, aunque insiste en que todo lo que hizo fue por el bien del estado y “fue este el destino que me tocó vivir”.
Haciendo pausas para poder respirar mejor ya que padece Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), el exgobernador manifestó que valora estar en casa, después de pasar muchos años en una detención en la que sus derechos humanos no fueron protegidos, y con problemas de salud sin atender.
Aprendizaje en la cárcel
En reclusión, afirma, aprendió a tratar a todo tipo de personas, desde aquellos que estaban presos por cometer pequeños delitos o detenidos injustamente, así como a grandes criminales, secuestradores, capos de la droga, como el “Mochaorejas”, y Benjamín Arellano, entre otros.
Detrás de cada historia, aprendió cómo llegaron al delito y cómo algunos están pensando en reactivar su vida y otros mantenerse al margen de la ley.
El camino de Mario Villanueva por distintas prisiones de Estados Unidos y México ha sido sinuoso. Entre ellas en el Ceferepsi (Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial), en Morelos, en donde no recibió atención médica especializada que necesita.
El Ceferepsi está considerado como un hospital de primer nivel, es decir, no hay especialistas y no se pueden atender enfermedades crónico-degenerativas. Mario Villanueva padece de una enfermedad pulmonar, porque el incendio ocurrido en una cárcel le quemó los pulmones, lo cual le complicó la hipertensión, el problema de la tiroides, los problemas de la columna vertebral, la artritis, la insuficiencia venosa.
Riesgo por la precaria salud
“No estoy en casa por un arraigo domiciliario sino por una suspensión de amparo, que un Magistrado federal me otorgó por mi precario estado de salud y para protegerme del posible contagio del Covid-19”, comenta pausadamente.
Y explica, “el arraigo domiciliario es una medida que por lo general se otorga a algunos acusados durante la prisión preventiva, es decir, mientras se celebra el juicio, antes de la sentencia.
“En mi caso, por ser un sentenciado con una condena de prisión, se ha solicitado a las autoridades judiciales federales me otorguen el beneficio que dispone la ley, de sustitución de la pena de prisión por una medida de seguridad consistente en prisión domiciliaria, con sustento en mi precario estado de salud y edad avanzada”.
Al aclarar que esta solicitud aún no se resuelve, está en revisión de un juicio de amparo, cuya resolución corresponderá a un Tribunal Colegiado.
“En noviembre del año pasado, el Magistrado del Quinto Tribunal Unitario con sede en Toluca, que tiene a su cargo el juicio de amparo, me otorgó una suspensión definitiva para evitar que fuera yo trasladado a un centro de reclusión (al CEFEREPSI), quedando firme mi estancia en la Clínica Campestre de Chetumal”.
Añade que, por preocupación de mi salud, el martes 9 de junio el Magistrado modificó la suspensión definitiva, disponiendo que se me trasladara a mi casa. Textualmente expuso:
“… se estima procedente modificar la suspensión definitiva otorgada en favor de Mario Ernesto Villanueva Madrid para el efecto de que sea trasladado al domicilio particular que se precisará enseguida con las modalidades y medidas de seguridad que se indicarán … sólo durante el tiempo que prevalezca el riesgo para la vida del mismo …”
Con esta prisión domiciliaria precia que las medidas de seguridad que dispuso son: no salir del domicilio excepto por emergencia médica, no salir del territorio nacional, y mantenerme bajo custodia.
Adicionalmente se acordó que no recibiera visitas, para evitar el contagio del Covid-19.
Respecto a la actual situación sanitaria que se vive en el país, Villanueva lamentó que muchos no le dan importancia al, por eso avanzan los contagios y eso está ocasionando daño a la imagen internacional de México.
“Aquí en Chetumal es tremendo cómo está desarrollándose; de seguir así vamos a tener una crisis. Hay que salir a trabajar para reactivar la economía, pero no se está teniendo el cuidado adecuado, cumpliendo con la sana distancia, utilizar cubre boca y lavarse adecuadamente las manos con frecuencia. No es conveniente, por ahora, realizar reuniones”, indica.
Al sentirse tranquilo y protegido en su casa ante esta contingencia sanitaria, en donde puede “hasta prepararme un cafecito cuando yo quiera, lo que en las cárceles tenía prohibido”.
FRASE
“Que política ni que ocho cuartos, quiero estar con mi familia el tiempo que me queda de vida…veo a mi esposa dormir y sé que ha sufrido mucho, que sus largas noches de desvelo y preocupación merecen que me enfoque a estar bien de salud, a estar con ella”. Mario Villanueva, ex gobernador de Q. Roo
LEG