La tenía, era suya… y la dejó ir”. Así podrán decirle, dentro de un año, a Cruz Pérez Cuéllar, con tono del gran Perro Bermúdez, claro.

 

Y es que todas las encuestas indicaban que recibiría el hoy senador, de manos del gobernador panista, Javier Corral Jurado, las llaves del tan anciano despacho.

 

Pero las cosas cambiaron con la detención de César Duarte Jáquez. Efectivamente es un gran acierto, y se ganó una medalla la 4T con el arresto (el pasado 8 de julio en Florida) del poderoso priista,  acusado de corrupción, desvío de recursos con fines electorales y enriquecimiento ilícito, pero le podría salir el tiro por la culata a Morena en aquella entidad.

 

Cruz nació en Ciudad Juárez, es abogado y se acercó al PAN por allá de 1986. Se afilió a ese partido en 1988. Fue dos veces presidente estatal del PAN en Chihuahua y llegó al congreso local y al federal, en dos ocasiones.

 

En 2004 juntó a su partido, al PRD y a Convergencia buscó la alcaldía de Juárez, y perdió la elección. Eso nunca se lo perdonarán en la frontera, porque le devolvió al PRI la importante presidencia municipal.

 

En 2012 participó en la histórica elección interna del PAN para elegir a candidato a senador, proceso que fue anulado por decenas de irregularidades en el proceso electoral. Más tarde, allá por 2014, fue suspendido por un año de sus derechos como militante del PAN debido a que se expresaba mal de su propio partido.

 

Terminó por irse del PAN en 2015 y Movimiento Ciudadano lo postuló  como candidato a gobernador externo un año más tarde, obteniendo un vergonzoso cuarto lugar.

 

Ahí empezó a coquetear con Morena y en 2017 fue acusado de que recibió financiamiento del propio César Duarte para su aventura electoral. En 2018 se convirtió en senador de la República, y sus compañeros estiman que pedirá licencia pronto, para competir por la gubernatura.

 

Y claro, tiene que pensar bien si se aleja del Senado o se queda, porque insistimos, las cosas cambiaron: con la captura del otro Duarte, se elevaron los bonos del gobernador Corral, y por tanto los bonos de Acción Nacional.

 

Todo el discurso del titular del Ejecutivo local se ha concentrado en que Duarte exprimió las arcas estatales, y que su Gobierno fue la cueva de Alibabá, y con la detención en Estados Unidos, los azules gritan, también como el Perro Bermúdez “Uf, uf y recontra Uf”. ¡Saben que tienen posibilidades de ganar otra vez!

 

María Eugenia Campos Galván lleva la delantera. La alcaldesa reelecta de la capital, todo indica podría ganarle a Cruz Pérez Cuéllar.

 

Tuya, mía, tenla, te la presto, acaríciala” (la gubernatura), porque las cosas cambiaron en Chihuahua. Le dieron a Corral lo que tanto deseaba, la aniquilación del tricolor: su peor enemigo tras las rejas. Pero ese capítulo de la tragicomedia chihuahuense es oro molido para Acción Nacional.

 

Zambombazo” para el PAN, golpazo para el PRI (que se irá a última fuerza política en las próximas elecciones), y seguramente un disparo suicida para Morena.

 

*Periodista, editor y radiodifusor

@GustavoRenteria

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