La carta de renuncia de Javier Jiménez Espriú a la Secretaría de Comunicaciones confirma lo que hemos venido comentando esta semana: la decisión de dejar en manos del Ejército la administración de puertos y aduanas del país fue una ocurrencia del Presidente.
El ahora ex secretario lamenta profundamente “no haber tenido éxito en transmitirle mi convicción -a López Obrador- y mi preocupación sobre la grave trascendencia que considero tiene esta medida para el presente y el futuro de México tanto en lo económico como en lo político’’.
Ya han surgido voces, como la del senador Emilio Álvarez Icaza, que cuestionan la legalidad de la decisión presidencial y amagan con acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que sea el máximo tribunal quien aclare si el Presidente tiene o no facultades para ceder esas facultades a las Fuerzas Armadas.
Como quiera, el tema de la renuncia convalida la aseveración de un cercano al Presidente quien asegura que la de Jiménez Espriú no será la única renuncia en el trimestre.
¿Candidatos?
Bueno, casi en automática surge el nombre del secretario de Salud, Jorge Alcocer, a quien se atribuye la estrategia para atender la pandemia del Covid-19, sin lo resultados esperados por la sociedad.
El Gobierno puede decir que están muy contentos con el desempeño de Alcocer y de su subsecretario -en funciones de Secretario- Hugo López-Gatell, pero los números de muertos y contagiados diarios demuestran que no hay mucho que festejar.
Otro es el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, quien recientemente se ha visto titubear sobre información que debía conocer mejor que nadie.
La estrategia de seguridad, al igual que la de salud, no ha ofrecido los resultados que la población demanda a pesar del optimismo raquítico que ofrece una reducción marginal en los delitos del fuero común.
Los asesinatos por docena siguen siendo la nota negativa casi diario.
Y luego está el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, a quien de poco se le puede responsabilizar por la situación económica que vive el país.
Muchos de los factores que tienen en la lona a la economía nacional son externos; el reclamo que se le podría hacer es que ha cuadrado los números a las exigencias del Presidente y no de la situación económica del país.
Esos son, en los pasillos del poder, los nombres de quienes podrían seguir a Jiménez Espriú, Carlos Urzúa y Germán Martínez.
****
Dicen que lo cortés no quita lo valiente, pero al diputado Mario Delgado, al parecer urgido por congraciarse con el mero mero de Palacio Nacional, se le olvidó.
El ex presidente Felipe Calderón le reconoció públicamente en Twitter haber logrado el consenso requerido para sacar los nombramientos de los 4 consejeros electorales, ayer y Delgado le respondió de forma altanera.
Dijo que se había hecho para “evitar más robos como el de usted’’ y que “no son iguales’’.
El diputado de Morena se pudo haber quedado callado, pero no, había que dejar en claro que él está comprometido con el Gobierno… después del reclamo público que le hizo López Obrador por no haber incluido “sus temas’’ en el periodo extraordinario.
Violencia innecesaria.
****
Los gobernadores y la Secretaría de Salud sostienen discusiones y reconciliaciones por el tema del semáforo epidemiológico.
Parece que ayer hubo acuerdo en la metodología para establecer los colores…hasta que nuevamente López-Gatell presente información que les incomode ya sea por incompleta o por arbitraria.
A ver si no acaban en un panel del programa de Laura de América.