En política siempre debes aplastar por completo a tus enemigos —salvo en casos muy particulares—. De lo contrario, te arriesgas a que planeen una venganza en tu contra. En entornos autoritarios, aplastar significa asesinar, encarcelar ilegalmente, o desterrar para siempre. Pero en los democráticos, significa no dar un centímetro de concesiones, aplicar la ley hasta sus últimas consecuencias, y destruir la reputación.

 

 

Maquiavelo lo deja claro en El Príncipe: “Las personas deben ser acaricidas o aplastadas. Si les haces un daño menor, se vengarán; pero si los paralizas, no hay nada que puedan hacer. Si necesita herir a alguien, hágalo de tal manera que no tenga que temer su venganza”.

 

 

López Obrador acaba de iniciar una ofensiva contra políticos del PRI como Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray y David Penchyna, y del PAN o expanistas como Felipe Calderón —indirectamente—, Ricardo Anaya, Ernesto Cordero, Roberto Gil, dos gobernadores actuales, etc. Hasta ahora sólo se basa en dichos filtrados de Emilio Lozoya —quien tampoco va a decir algo que no le convenga al gobierno—, pero el morenista haría bien en entender que si va a dar un golpe, este debe ser mortal.

 

 

Se trate o no de una cortina de humo gubernamental por el pésimo estado de la nación, estos no son perfiles menores. Son políticos con recursos y capacidad de organización. No como el gobierno, claro está, pero López Obrador puede estar seguro que si no logra destruirlos —democráticamente hablando—, uno o varios montarán una venganza política chica, mediana o grande, contra su administración.

 

 

Incluso, en el caso de Ricardo Anaya, una acusación infundada podría serle hasta benéfica. El excandidato del PAN planeaba estar en la banca unos años, pero hoy ha sido forzado de nuevo al ring. Si él u otros logran contradecir al presidente, saldrán fortalecidos y, lo más importante, listos para darle un golpe al gobierno federal.

 

 

Si la estrategia del gobierno es mayormente mediática y nadie importante va a prisión, el tabasqueño deberá esperar una contraofensiva. Pero si el gobierno y la fiscalía van hasta el fondo y encarcelan a varios con la ley en la mano, López Obrador habrá neutralizado cualquier oposición relevante por un tiempo muy considerable.

 

 

@AlonsoTamez

 

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