La Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados pactará un nuevo periodo extraordinario con la finalidad de aprobar la reforma a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público.

Dicha reforma permite a la Secretaría de Salud la adquisición de medicamentos en el extranjero sin licitación de por medio.

La reforma se trata de una adición al párrafo quinto del artículo 1º de la Ley de Adquisiciones que quedará de esta manera:

“En el caso de la adquisición de bienes o prestación de servicios para la salud, cuando de la investigación de mercado se concluya que la licitación no es la vía idónea para asegurar al Estado las mejores condiciones conforme al artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las dependencias y entidades, previa autorización de la Secretaría por conducto de la Oficialía Mayor podrán contratar con organismos intergubernamentales internacionales a través de los mecanismos de colaboración con éstos sujetándose para ello a las reglas y procedimientos que rigen a los mismos’’.

La urgencia por aprobar el texto anterior tiene que ver con el hecho de que comienza a reportarse el desabasto de medicamentos -algo que se venía denunciando antes de la aparición del Covid-19- en algunos hospitales que atienden la pandemia.

El desabasto abarca no solo a los medicamentos contra el cáncer; se han sumado anticoagulantes, que son indispensables para la atención del Covid-19 así como antivirales.

No parece que Mario Delgado vaya a tener problemas para lograr el consenso necesario para convocar a un extraordinario, a menos que quiera incluir el tema de la reforma a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

Lo que si puede ocurrir es que se aprueben también la extinción de los fideicomisos que reclamó López Obrador, pues al Gobierno le urgen recursos no solo para hacer frente a la pandemia sino para sostener sus programas asistenciales.

El desabasto es otro enemigo a vencer.

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Y sí, algo tuvo que ver también el reproche público de López Obrador a Mario Delgado por no haber incluido en el periodo extraordinario de la semana pasada los temas que el Presidente cree importantes para su Gobierno.

Pero en el tema de la reforma a la Ley de Adquisiciones, sí es de verdadera urgencia nacional.

Todo por “castigar’’ a los laboratorios y distribuidores de medicamentos “que se portaron mal’’.

De eso, ¿qué culpa tienen los enfermos?

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Con la salida de Rosa Icela Rodríguez de la secretaría de Gobierno del gabinete de Claudia Sheinbaum, pierde la jefa de Gobierno y pierde la ciudad.

Rodríguez fue una operadora eficaz, discreta, alejada de cualquier afán protagónico y trabajadora de tiempo completo.

Se va ha extrañar su tacto en la negociación política y su disposición de dialogar el tiempo que fuera necesario para llegar a un acuerdo.

Ahí está la oposición en el Congreso local para confirmarlo.

De Alfonso Suárez del Real y su pasó por la Secretaría de Cultura de la capital, se recuerdan más sus gazapos que sus aportaciones.
Es una apuesta cara, muy cara, de Sheinbaum…en el supuesto de que ella lo hubiera designado.

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El nuevo secretario de Comunicaciones Jorge Arganis Díaz Leal, ya sufrió su primer descolón del propio López Obrador: le nombró a la nueva coordinadora general de Puertos y Marina Mercante, nombramiento que le correspondía decidir a él.

Al menos para guardar las formas y no hacerlo pasar por florero… tan temprano.

LEG