Escribe tu historia de terror. Durante el aislamiento pueden aparecer sentimientos negativos como el miedo y la angustia, una forma de cambiar la sensación de agobio es plasmarlo en papel.
Partiendo de la idea de que un cuento es una herramienta pedagógica, en especial para los más pequeños, crear una historia de terror puede ser un ejercicio lúdico para despertar la imaginación e impulsar el gusto de la lectura en los niños y adolescentes.
De hecho, es una manera de personificar nuestros propios miedos. Más allá de crear personajes malvados o terroríficos, escribir una historia en la que sobresale el género del miedo es una actividad que puede reunir a padres e hijos para recrear un cuento que tenga todos los recursos literarios como ambientación, protagonistas, antagonistas. Aventúrate a hacer este ejercicio en familia con estas recomendaciones.
Mariana Morales, directora de formación de IBBY México, asociación civil mexicana que desde hace 40 años trabaja en el fomento de la lectura y 24 HORAS te comparten 10 consejos para convertirte en todo un escritor.
1. Antes de escribir, hay que escuchar.
Muchas veces los adultos damos por hecho que sabemos qué les asusta a los más pequeños. Si escuchas a tus hijos, sobrinos, nietos, puede ser que te lleves una sorpresa.
2. No descalificar los miedos.
El miedo no necesariamente tiene rostro de monstruo terrorífico; es posible que nos dé mucho temor el agua, las hormigas, los calcetines rojos, o una diversidad más de animales u objetos No todos los miedos son iguales, pero todos son igual de válidos.
3. Observar los juegos.
Durante la infancia el juego es un espacio en el que la ficción predomina: jugar es crear nuevas y maravillosas historias, y también poner en los objetos o muñecos los propios miedos. Darnos un espacio para observarlos puede contribuir a enriquecer nuestra forma de acompañarlos.
4. Partir de la literatura para explorar el miedo.
La literatura nos permite tomar distancia para ver nuestros problemas y temores desde lejos, dándonos la oportunidad de generar fortalezas.
5. Escribir para comprender.
Además de escuchar todo tipo de historias, escribirlas nos ayudará a entender nuestros miedos, a ponerles rostro y nombre, dándonos herramientas para manejarlos mejor.
6. Por dónde empezar.
Todas las personas, sin importar la edad, sentimos miedo. Conversar con las niñas y los niños sobre ello para elegir uno o varias para escribir sobre él como equipo, brindará una salida creativa a temas que normalmente tratamos con mucha solemnidad. Después de todo, una de las contrapartes del miedo es el humor. Reírnos y hablar de nuestros miedos (no de los de los demás) fortalece nuestra autoestima y contribuye a enfrentarlos de mejor manera.
7. Define las características de tu personaje.
Una vez que seleccionen sobre qué miedo escribirán, piensen quién vive esta historia para que puedan definir las características de su personaje principal: ¿se parece a ustedes?, ¿es un extraterrestre? ¿se ve como una sombra?
8. En dónde y cuándo.
Una vez que tengan a sus personajes, piensen en qué época se desarrollará su cuento, porque es muy distinto contar una historia en la época actual a contar algo que pasó en la antigüedad o algo que pasará dentro de miles de años, en un futuro imaginario. Pregúntense: ¿nuestro personaje vive en México?, ¿en el planeta Tierra?, ¿en tierras inhóspitas y alejadas?
9. Apropiarse de la historia.
Escribimos cuando tenemos algo que decir, así que definan qué quieren decir con su historia, cuál es el propósito de su personaje y agregar una pizca de su vivencia
10. Para qué escribir una historia de miedo.
Antes que nada, para compartir, para superar nuestros miedos y hacerlos más pequeños, para hacer visibles los puntos de encuentro, para entender y sobre todo y ante todo, ¡para divertirnos!
LEG