Si todo sale como está previsto, la misión Mars 2020 de la NASA, partirá en menos de 24 horas rumbo a Marte para llevar el quinto rover de la agencia espacial estadounidense.
Esta vez, Perseverance, intentará descubrir si alguna vez hubo vida, ya sea en forma de fósiles antiguos o en depósitos subterráneos. Para ampliar el campo visual, se desplegará también Ingenuity, el primer helicóptero adaptado para volar fuera de la Tierra.
El 17 y 22 de julio, dicha misión fue cancelada, pero esta vez, todo parece indicar que este jueves 30 de julio la misión finalmente partirá en un cohete United Launch Alliance Atlas V del Space Launch Complex 41, desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral en Florida.
El objetivo es lanzar a “Percy” en paracaídas sobre el cráter Jezero, de 45 kilómetros de ancho. Si todo sale según lo planeado, aterrizará l 18 de febrero de 2021, tras un viaje de siete meses y pasará dos años explorando este orificio.
El explorador quedará cercado por un acantilado de piedra de barro de 60 metros, lo que aparenta ser el borde de un delta del río fosilizado.
Se cree que en estos sedimentos marcianos litificados podrían esconder respuestas de cómo este planeta alejad del Sol pudo conservar agua en su superficie.
Se sabe que millones de años atrás , Marte tuvo un campo magnético como el de la Tierra, pero se apagó inexplicablemente. Sin esta cubierta magnética que lo resguarda del viento solar, la superficie se volvió un infierno helado. Sin embargo, debajo de ella, el planeta está plagado de martemotos y todo tipo de actividades geológicas, según los resultados de la misión InSight.
Desde el programa Mariner, que permitió elaborar un mapa de la superficie marciana, los científicos comenzaron a perseguir el rastro del agua. A mediados de los 70, los orbitadores Viking revelaron un sistema ramifico de canales secos, huellas de antiguos cauces, cuyos trazos coincidían con la forma de los valles erosionados por el agua en la Tierra.
Misiones posteriores hallaron evidencia de abundantes minerales arcillosos que necesitaban agua para formarse. Más recientemente, el rover Curiosity, el predecesor de Perseverance, detectó la existencia de un lago de larga vida en el fondo del cráter Gale.
A diferencia de los cuatro rovers que los sucedieron, Sojourner (1997), Spirit y Opportunity (2004) y Curiosity (2012), eran meros exploradores de terreno, Perseverance, desarrollado por el laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, es un verdadero laboratorio de investigación de seis ruedas y tres metros de largo.
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Su misión será extraer y almacenar unas 30 muestras de roca y arena marcianas que se conservar´n en tubos de titanio, para que en una misión programada para su salida en 2026, la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) envíen un módulo para recuperarlas.
Una de las claves será mantener los núcleos limpios y seguros, para evitar que los microbios y moléculas terrestres se confundan con los marcianos cuando las muestras estén de regreso.
Además, el rover llevará versiones avanzadas de algunos de los sensores de Curiosity, incluido un analizador químico que dispara rocas con un láser para identificar los átomos y las moléculas de las que están hechas, así como un sistema de cámara que puede hacer zoom en áreas de interés para producir imágenes en 3D.
Asimismo, uno de los experimentos intentará producir oxígeno a partir de la atmósfera rica en dióxido de carbono de Marte, como una prueba de las formas de apoyar a los futuros exploradores humanos.
con información de medios
EFVE