El pasado 4 de junio el subsecretario de salud Hugo López-Gatell dijo que un escenario muy catastrófico para México sería alcanzar las 60 mil muertes por Covid-19; adivine qué, señor subsecretario, ya llevamos más de 52 mil, y si nos basamos en sus estimaciones ya son 54 mil personas fallecidas por coronavirus en el país.
Por ello, como un insulto a la inteligencia, retumban las palabras de las autoridades cuando dicen que vamos bien. No hay manera de ir bien con más de 50 mil muertes y casi 500 mil contagiados.
Pero la soberbia sigue imperando, pues si bien habrá un plan B en el manejo de la pandemia en el país, no pueden reconocer que se trata de una reconsideración, por el alto número de fallecimientos.
“Se necesita recalibrar el balance entre reactivación económica y protección directa en la salud”, dijo López-Gatell, quien se caracteriza por el cuidadoso uso de las palabras.
Calibrar de acuerdo con la Real Academia, es ajustar con la mayor exactitud posible, las indicaciones de un instrumento de medición, por lo tanto, recalibrar es reajustar.
Resulta extraño que si una estrategia va bien se deba reajustar, pero les gana el orgullo para reconocer que es necesario este cambio en la forma en que se está combatiendo al Covid-19 en México.
No se sabe aún cómo será el ajuste, lo que sigue quedando claro es que ante la retórica, los números no mienten.