Miles de estudiantes de una universidad belga colectarán semanalmente a partir de septiembre una muestra de su saliva para hacer un rápido test del COVID-19 en sustitución de los habituales frotis, en uno de los mayores experimentos en Europa con el nuevo método.
El plan piloto podría ser aplicado en otras universidades, colegios o empresas si demuestra ser exitoso a la hora de identificar cúmulos de infecciones entre los estudiantes, dijeron investigadores y funcionarios gubernamentales belgas a Reuters.
Bélgica, uno de los países europeos más golpeados por la pandemia, pretende aumentar su capacidad de testeo desde el otoño boreal.
Unos 30 mil estudiantes y personal académico de la Universidad de Lieja harán el autotest en sus casas y llevarán los tubos con sus muestras de saliva a los laboratorios de la universidad cada semana hasta diciembre.
“Tendrán los resultados en la tarde”, dijo Fabrice Bureau, subdirector de investigación en la universidad, a Reuters.
Los tests caseros con saliva aumentarán mucho la capacidad de testeo, ya que son más simples y rápidos que los habituales frotis nasofaríngeos, que algunas personas consideran molestos.
No obstante, son menos precisos, ya que es más fácil encontrar al virus en la nariz y en la parte trasera de la garganta que en la saliva, especialmente en personas con una baja carga viral, indicó un estudio de la agencia de medicina belga la semana pasada.
Esto podría hacer que un número más alto de personas infectadas sea reportado erróneamente como libre del virus, aunque la repetición semanal de los tests de saliva contrarrestaría parcialmente estos fallos, dijo Bureau.
ica