Con ojos grandes y la mayoría de ellas encapuchadas, ataviadas también con pañoletas verdes y moradas, así son algunas de las Muñecas Empoderadas que Erika Martínez realiza.
En 2017, la hija de 7 años de Erika fue abusada. Un año después de que realizara la denuncia, fue obligada a dejar la casa donde vivía; desde ese entonces, han sido apoyadas por colectivas feministas.
Sin embargo Erika, quien vivía en la alcaldía Gustavo A. Madero, de la Ciudad de México, no ha logrado contar con un espacio propio para ella y su hija.
“En marzo comencé a hacer llaveros pintados a mano y encapuchadas, después me solicitaron hacer una muñeca tomando como referencia una fotografía, la hice y gustó mucho; fue así que decidí seguir haciendo muñecas empoderadas para poder mantener a mi hija.
“Estas muñecas me dieron el empoderamiento para salir adelante, para seguir exigiendo justicia en el caso de mi hija y de otras más víctimas de violencia” relató.
Erika invierte alrededor de tres horas en realizar una muñeca personalizada, trata de hacerla lo más similar a la foto que le envían; a las más elaboradas puede dedicarles más de 10 horas, ya que las cose, las pinta, diseña la ropa y algún accesorio que vaya a incluir y tienen un costo de 200 pesos; mientras que los llaveros cuestan 50. Hasta ahora, ha realizado más de 150 muñecas.
Para contactar a la creadora de Muñecas Empoderadas lo pueden realizar mediante sus redes sociales con los mismos nombres.
“Quiero crear un taller para enseñarle a otras chicas que estén pasando por algún tipo de violencia que se puede salir adelante, quiero seguir con la cadena de ayuda. No quiero que esto le pase a otras niñas, mi hija me da fuerza para seguir adelante”.
El jueves pasado, Erika acudió a una segunda audiencia a los juzgados del Reclusorio Oriente, con el agresor de su hija, en donde se acordó llevar el caso a juicio. La fecha de inicio del juicio será asignada en un lapso de 15 a 60 días.
LEG