Las palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador en esta semana no podían más que desatar todo tipo de especulaciones.
“Ya ustedes conocen mi postura acerca de juicios a expresidentes. Lo he externado, lo dije desde la campaña y en el discurso de toma de posesión hablé también sobre el tema. He dicho que, en el caso de los expresidentes que sean juzgados, debe de consultarse a los ciudadanos… y que la gente decida”.
Las dudas que existían sobre el liderazgo forzaron el anuncio.
“se involucra a expresidentes, a dos expresidentes, según entendí, en posibles actos de corrupción. También a servidores públicos, a legisladores, un diputado, cinco o seis senadores. Entonces, ¿qué sigue? Que sean citados a declarar y que el señor Lozoya presente las pruebas, porque presentó una denuncia y está obligado a probar. Si fue sólo un dicho sin pruebas, no tiene ningún valor legal y yo diría social, moral”.
Tenía que romper el silencio para no perder terreno en las próximas elecciones.
“a mí lo que más me importa es que moralicemos a México, que se destierre la corrupción, que se purifique la vida pública, la idea esa de que se podía triunfar a toda costa sin escrúpulos morales de ninguna índole, esa idea deleznable. Es mi punto de vista… no puedo detener un proceso judicial, no puedo ser cómplice, no me corresponde, ese es un asunto que tiene que ver con la fiscalía, no voy a encubrir a nadie”.
Este es un aviso para aquel que quiera plantarle cara.
Sin embargo, existen voces internas que no han entendido que el Presidente no está en condiciones de aparecer en público para resolverlo todo.
El Presidente ha puesto todo su empeño en resolver las crisis, pero han sido semanas funestas.
Las críticas le obligaron a las inculpaciones y el revuelo se desató cuando dijo:
“se puede hablar de un narcoestado a raíz de la investigación que involucra a Genaro García Luna quien fuera secretario de Seguridad Pública durante el sexenio del presidente Felipe Calderón”.
Entonces precipitó el anuncio del día después.
Alejandro Gertz Manero, Fiscal General de la República, informó que Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos, denunció a Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray quienes le ordenaron entregar más de 100 millones de pesos a asesores electorales extranjeros que colaboraron en la campaña presidencial de 2012.
Fue, según él, su vuelta triunfal, una forma de regresar la tranquilidad perdida a la gente que lo sigue.
Fue su manera de callar las críticas respecto a su liderazgo.
Las denuncias ahí están y corresponde a la Fiscalía General de la República deberá atenderlas, pero:
“Eso no significa que ya sean culpables… tienen que declarar los acusados.”
El proceso no está agotado, el Presidente reforzó su estrategia para intentar frenar un desplome en las encuestas rumbo al 2021.
@jfcastaneda9