Uno de los principales agentes corruptores de México, se está convirtiendo en la mayor herramienta de la lucha anticorrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Emilio Lozoya ya aceptó que cometió actos de corrupción. Dice que fue presionado, pero eso, junto con las acusaciones que ha realizado, las tendrá que probar conforme avance su juicio.

Para que Emilio Lozoya, su padre, su madre, su esposa y su hermana no pisen la cárcel, deberá entregar las pruebas contundentes que lleven a los que lo “instrumentalizaron” directo a la cárcel. 

Y mientras eso sucede, habrá comenzado el proceso electoral 2020-2021. 

De aquí a junio del 21, poco va a importar que Lozoya esté diciendo la verdad. Su palabra servirá para apuntalar las campañas de Morena. ¿Es válido el uso electoral del Caso Lozoya para ganar votos? Indiscutiblemente sí.

Me explico: la principal promesa de campaña de López Obrador fue acabar con la corrupción. Nadie que tenga en sus manos a un delator del tamaño de Lozoya, puede deshacerse de un instrumento como el que representa el exdirector de Pemex.

Hoy, los partidos de oposición -PAN y PRI- se rasgarán las vestiduras con el pretexto de que el ataque electoral no es justo. Sin embargo, habría que recordarles que ellos usaron a la procuración de justicia para atacar electoralmente a sus adversarios. 

Dos ejemplos: El PAN, en la contienda para gobernador de Jalisco en 2006, acusó a Arturo Zamora, quien era candidato del PRI, de estar relacionado con el narco. En medio del escándalo, el ultraderechista Emilio González Márquez, postulado por el PAN, ganó la elección. Poco después del proceso, la PGR cerró el caso diciendo que no había prueba alguna en contra de Zamora. 

En 2016, el PRI se lanzó en contra de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, candidato del PAN a la gubernatura de Tamaulipas. Decían que tenía cuentas pendientes con la DEA y la PGR. Días antes de la elección, la campaña de García Cabeza de Vaca exhibió documentos de ambas dependencias en las que aseguraron que no tenían nada en contra del panista. Y al final, García Cabeza de Vaca ganó la elección.

Así pues, el caso Lozoya se convierte en una de las principales armas electorales de Morena rumbo al 2021, y si prueba cada una de sus acusaciones, la onda expansiva llegará hasta 2024.

 

La Letrina. Y hablando del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, esta semana Carlos Loret publicó que al mandatario lo investigaban la DEA y la Unidad de Inteligencia Financiera en México. La UIF ya declaró que no hay nada en su contra. Parece que los que filtraron en 2016 la información en contra del tamaulipeco vuelven a las andadas. Es tiempo de elecciones y el ventilador funciona a todo lo que da.

 

                                                                                                                       @Fercoca