Los gobernadores han dejado en claro que si el presidente Andrés Manuel López Obrador no llega a la reunión de pasado mañana en San Luis Potosí con una bolsa de dinero, no tiene sentido perder el tiempo en platicar.

Desde el sábado quedó firme la posición de los gobernadores: hemos cubierto con nuestros propios recursos la emergencia sanitaria pero ya no aguantamos más.

Diez gobernadores firmaron el documento -entre ellos el voluble Javier Corral-, pero la inconformidad es compartida por todos, incluidos los de Morena.

El tema es y serán los recursos.

Recursos para hacer frente a la pandemia que no tiene para cuando acabar, ser aplanada, dominada, amaestrada o encarcelada, lo que quiera.

Recursos para el fortalecimiento de los 32 sistemas de salud.

Analizar el Pacto Fiscal para que la redistribución de los recursos sea equitativa, justa y se eliminen los desequilibrios.

Apuntalar una política pública de desarrollo y la utilización de energías verdes.

Pactar las condiciones para la reapertura de la economía con el fin de recuperar los empleos perdidos.

¿Cuánto tiene el Gobierno y cuánto podría ofrecer a los gobernadores, molestos por el trato que les ha dado la Federación durante la pandemia?

O quizá la pregunta debería ser si el Gobierno cuenta con recursos para ofrecer a los gobernadores, cuando busca, de donde sea posible, obtener dinero para el gasto corriente.

El Presidente acudirá a la cita con todo su gabinete, el legal y el ampliado, quién sabe con qué motivo.

La expectativa es que haya una negociación no una conversación estéril ni una confrontación, como desde ya se deja ver.

Pero ha tardado tanto el Presidente en reunirse con los gobernadores que sería un desperdicio de tiempo y energía terminar el evento con un “lo vamos a analizar’’, como suele ocurrir.

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Por cierto, algo que preocupa a todos los gobernadores y en especial a Juan Manuel Carreras, presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), es el papel cada vez menos representativo de la organización ante los Poderes de la Unión.

La Conago existe de membrete, pero han sido los grupos de gobernadores -la Alianza Federalista o el GOAN, que agrupa a los nueve gobernadores del PAN-, los que han levantado la voz por los 32 gobiernos estatales.

Quizá la poca representatividad que alguna vez tuvo la Conago, creada en el sexenio de Vicente Fox, se deba en parte a las decisiones que ha tomado Rolando García, quien lleva, nada más, 17 años como secretario técnico de la Conferencia.

García, que ha cambiado varias veces de cachucha, decide desde la política de comunicación hasta los cambios en los estatutos de la organización.

No hace mucho, cuando el gobernador de Querétaro, Francisco Domíngez entregó la presidencia de la Conago al bajacaliforniano Carlos Mendoza Davis, se cambió la duración del presidencia, de 6 a cuatro meses.

Originalmente, la presidencia de la Conago duraba un año pero se cambió a seis meses para que todos los gobernadores tuvieran su turno de presidirla.

Así había funcionado hasta hace poco cuando el periodo se redujo de 6 a 4 meses.

Y si uno sigue la lista de los gobernadores que siguen, justo los últimos cuatro meses de su Gobierno Silvano Aureoles presidiría la Conago, algo que ni por equivocación dejarán pasar los gobernadores de Morena que desde hace tiempo pidieron una revisión a los estatutos de la Conferencia.

¿A poco sí hay plan con maña? Si todos son bien federalistas.