La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que durante los primeros meses de la pandemia tuvieron algún grado de afectación cerca de 80% de los servicios de inmunizaciones en el continente americano. Del mismo modo, calcula que alrededor de 50% de esas dependencias observaron algún nivel de disrupción o alteración durante el mes de julio.
Sin ir más lejos, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud advirtieron recientemente de una alarmante reducción del número de menores recibiendo vacunas esenciales debido a las bruscas interrupciones por la pandemia.
“Los servicios se reducen, se enfoca al personal a otras actividades, la gente tiene miedo de salir a la calle. Desde el inicio de la pandemia se estableció que el programa de inmunizaciones tendría que ser una prioridad y mantenerse como un servicio esencial. Se dio ese mensaje a todos los países del mundo y, en particular, a los países de la región de las Américas”, señaló el doctor Cuauhtémoc Ruiz, jefe de la Unidad de Inmunización Integral de la Familia de la OPS.
Pero la crisis provocó que se limite el acceso a los servicios de salud.
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