Ninguna duda hay sobre el destinatario del video difundido ayer en el que se ve a dos ex empleados del Senado recibir, literalmente, pacas de a kilo…pero de billetes de 500 y 200 pesos.

Millones de pesos cuyo destino es incierto pero que en la narrativa oficial fueron utilizados para comprar la voluntad de por los menos cinco senadores panistas en el 2013, a cambio de que votaran favorablemente la reforma energética de Enrique Peña Nieto.

El video fue puesto en circulación en las redes sociales a través de una cuenta presuntamente apócrifa a nombre de un hermano de Emilio Lozoya Austin.

Lozoya confesó que por órdenes del ex presidente Enrique Peña y de su ex secretario de Hacienda y ex coordinador de su campaña presidencial, Luis Videgaray, había destinado millones de pesos (unos dicen que 80, otros que 100) a la cúpula panista en el Senado.

El encargado -siempre en la narrativa oficial- de hacer los “contactos’’ fue el ex senador y último director priista del Infonavit, David Penchyna Grub.

El video muestra a funcionarios menores que reciben el dinero pero no se ve quién lo entrega.

Para el juicio popular, ni falta que hace.

Desatado el escándalo, alguien se tomó la molestia de congelar la imagen en donde se ve claramente el rostro de Guillermo Gutiérrez, que se desempeñó en la Legislatura pasada como Secretario Técnico; éste habría recibido el cargamento de billetes.

Gutiérrez fue hasta ayer el secretario particular del gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, quien junto con Roberto Gil Zuarth, Ernesto Cordero, Luis Lavalle y Francisco Cabeza de Vaca, son los probables legisladores a quienes el PRI pagó para que aprobaran sus reformas constitucionales.

Todos lo han negado; incluso ayer mismo el propio gobernador queretano informó del cese de su secretario particular y su puesta a disposición de los órganos de control interno para que lo investiguen.

¿A poco no supo el gobernador que su colaborador había servido en la oscura trama supuestamente como mensajero?

Ese fue el debate.

¿Lo supo o no? ¿Se benefició o no? ¿Y Cabeza de Vaca, también tendrá un colaborador incómodo?

La reacción popular nos volvió al 3 de marzo del 2004, cuando René Bejarano fue exhibido recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada.

Aunque la transmisión del video ocurrió en esa fecha, en realidad fue grabado meses atrás cuando Bejarano era el secretario particular del jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.

En ese entonces, López Obrador negó cien veces conocer las actividades de su secretario particular; cuando se exhibió el video, Bejarano era el coordinador de los diputados del PRD en la Asamblea Legislativa del DF.

El video sí afectó la imagen del hoy Presidente, sin duda alguna, porque dados como somos los mexicanos a sospechar de todo, se nos hizo imposible de creer que el jefe de Gobierno no supiera de las actividades de su particular.

Lo mismo pasa con Domínguez, justo ayer cuando la empresa Massive Caller colocó al queretano como el cuarto mejor gobernador evaluado por la gente de su estado.

Como sea, lo que vimos ayer es parte de la administración del caso Lozoya que se irá desmenuzando poco a poco, hasta acercar su conclusión muy cerca del periodo electoral del próximo año.

Los participantes del video, incluso el anónimo proveedor de las maletas de dinero, deben ser investigados y sancionados, no importa si son azules, verdes, rojos o amarillos.

Esperemos…

LEG