Me enteré de que cuando la astronauta de la NASA (Megan McCarthur) observó a su esposo Bob Behnken –junto con Doug Hurlley— aseguró volver de la Estación Espacial Internacional hace unas semanas “con ayuda de la Crew Dragon de Space”. Y ahora será el turno para que McArthur exploré la belleza del espacio próximamente. Cuando llegó la primavera, Megan estuvo programada para pilotar la misma nave espacial con la que SpaceX y la NASA marcarían un hito en la historia. Of course, la NASA eligió a Megan para la segunda misión de la nave Crew Dragon , en una serie de al menos seis viajes –de ida y vuelta— a la Estación Espacial Internacional. Behnken y Hurley estuvieron aproximadamente dos meses en la Estación para llevar a cabo experimentos científicos, mantenimiento y caminatas espaciales. Este viaje tripulado fue el primero de la nave desarrollada por SpaceX y se trató de la primera vez que los humanos volaron a través de una cápsula de iniciativa privada. Pero terminando con este grandioso tema, McCarthur previamente voló –en el transbordador espacial Atlantis—“en una misión para reparar el telescopio Hubble”.
Crea en mi, oh Altísimo, un corazón limpio
Recordé el otro día lo que señaló el profeta Jeremías (29: 11): “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes –dice el Señor–. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darle un futuro y una esperanza. ¿Si él lo dice, por qué no creemos que con Él y en Él, podemos estar seguros y podemos confiar?. Por ende, los creyentes que permiten que todas esas cosas se nos acumulen en nuestro corazón, el proceso de limpieza, de ordenar y restaurar se torna más difícil y aún más doloroso. Pero Dios Trino en su infinita misericordia nos ayuda en el proceso si se lo permitimos. Las Sagradas Escrituras subrayan en Ezequiel 36:26 lo siguiente: ”Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes”.
Fragmento de una carta que le escribió Margarita Maza a BJ
En el libro de Pedro J. Fernández (Querido don Benito), se puede leer un fragmento contundente que Margarita Maza le escribió –en Laredo— a Benito Juárez. “Ahora me pregunto si no fue ése tu primer sentimiento en el momento que llegaste, a los 12 años, a Oaxaca. ¿Recuerdas? Era 1818, el país estaba sumido en la Guerra de Independencia y tú venías huyendo del único padre que conociste, un tío endemoniado que solía azotarte con cuerdas en la cintura regularmente sin más razón que la de su embriaguez. Me dijiste que te sentías fuera de lugar, como una estrella que no pertenece al cielo. Eras un joven de piel oscura, calzón de manta y huaraches”. Margarita Maza continúa: “Te protegías del sol con un sombrero de palma y tenías el hábito de apretar los labios cuando no entendías lo que decías. No hablabas español, sólo zapoteco. No escribías. Las letras de los libros te resultaban incomprensibles. Nadie que se hubiera encontrado contigo en la calle habría dicho que aquel niño tan pobre terminaría por convertirse en el presidente de una República herida. Tu tampoco tenías esos sueños de grandeza con los que luego me contagiarías en forma de charlas o caricias cómplices”. Margarita Maza sabía que el miedo (por lo que el país vivía) estaba siempre presente en los pensamientos de Juárez. Adquieran el libro, sumamente interesante, editado por Grijalbo.
Camino a la introspección
¿Qué era para la Madre Teresa la misericordia? Ella eligió servir a quienes más lo necesitaban, siendo la ternura y la comprensión las bases de la caridad que ella entendió que debía llevar en nombre de Jesús. La misericordia es la disposición a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenas. Se manifiesta en amabilidad, asistencia al necesitado, especialmente en el perdón y la reconciliación. Es más que un sentimiento de simpatía, es una práctica. En el cristianismo es uno de los principales atributos divinos. Penguin Random House recomienda leer el libro: Un llamado a la misericordia, mediante una selección de escritos de la Madre Teresa.
Y hasta el próximo jueves ¡abur!
@castillopesadoe