En las últimas dos semanas los contagios de coronavirus en Perú crecieron en 100 mil, el peor registro desde que brotó la enfermedad en el país en marzo y el Gobierno prohibió las citas familiares como una nueva medida para frenar la pandemia.

El objetivo es neutralizar una de las fuentes de propagación según el presidente Martín Vizcarra y junto a ello a uno de los principales vehículos de contagio: los niños.

“Ya hemos llegado a los 23 mil casos de niños contagiados en nuestro país y de los cuales acá nuestra institución nosotros consideramos de que las cifras van a ir modificándose en el día a día”, dijo a Reuters el médico Franklin Mendoza, jefe del área de cuidados intensivos del hospital pediátrico San Borja.

Si bien los menores de edad son los que menos desarrollan la enfermedad, los niños infectados asintomáticos pueden servir de transmisor silencioso del virus a los adultos que en su mayoría sufren las secuelas y a veces hasta fatales, afirmó Mendoza.

Los casos de coronavirus en Perú dieron un fuerte salto en agosto y hasta el miércoles ascendían a 558.420 -casi el doble desde el 29 de junio-, y el país se ubica como el segundo con más contagios en América Latina y el sexto a nivel mundial.

En tanto los fallecidos, que crecen en promedio 200 por día desde hace un mes, bordean los 27 mil , con la tasa de muertos frente a su población más alta en la región.

Según datos del ministerio de Salud 108 niños y adolescentes con coronavirus han fallecido, la mayoría por complicaciones preexistentes como leucemia o cáncer, entre otros.

“Nos ha preocupado sobremanera que en las últimas semanas el incremento de las tasas de contagio en niños y adolescentes se han incrementado en un 75%. Esto nos llama poderosamente la atención”, afirmó el mandatario Vizcarra hace una semana.

En ese contexto, Vizcarra restringió a media hora, desde una hora anterior, la salida de casa de niños acompañado de uno de sus padres, en un radio máximo de 500 metros de su vivienda.

“No queremos prohibir la salida de los niños sino queremos limitarla”, afirmó el mandatario en una conferencia de prensa.

No hay estudios definitivos sobre como afecta el virus a los niños. De acuerdo a resultados preliminares del estudio Epidemiología del Coronavirus Crítico y los Niños (CAKE, en inglés), la aparición de COVID-19 crítica en los niños es poco común, con una presentación clínica heterogénea y, en general, con buenos resultados respecto de los adultos.

FUERA DE RUTINA

Según el jefe de la unidad de inteligencia del seguro local estatal Essalud, Dante Cersso, en la última semana de julio los nuevos casos de contagios de coronavirus entre niños aumentaron a 800 desde 500 que hubo en la primera semana de ese mes.

Desde que apareció el coronavirus en Perú el 6 de marzo, el Gobierno decreto una estricta cuarentena que frenó a la mayoría de la industria y encerró a la población. En mayo comenzó a reabrir gradualmente las actividades productivas para revivir la economía, pero mantuvo el aislamiento de los niños mientras estudian en casa a través del Internet o la televisión.

Cuando salen de casa aprovechando los minutos en libertad no paran de correr o patinar. Otros manejan bicicleta o juegan con pelota en los parques con la supervisión de algún familiar.

“Tu ves acá los niños en este parque que salen y están contentos, llegan a la casa de otro humor, ya no están encerrados, no están sometidos a una rutina que también los cansa”, dijo Marco Prado, un padre de familia mientras vigilaba a su hijo que se divertía.

“En muchas casos no tienen con quien jugar, no tienen amiguitos vecinos, no se puede”, agregó.

El presidente Vizcarra dijo recientemente que el exceso de confianza en la población contribuyó al rebrote del virus en el país, en medio del colapso de hospitales, mínima disponibilidad de camas de cuidados intensivos y falta de oxígeno medicinal clave para pacientes con insuficiencia respiratoria.

En el hospital para niños de San Borja, personal sanitario celebró el domingo “Día del Niño” repartiendo alimentos escogidos por los propios infantes internados, que recibían sus platos en medio de globos de colores en el estante de bandejas.

“Son pacientes que luchan contra el COVID-19 y a ellos obviamente esta situación también los pone muy triste”, dijo la jefa del servicio de nutrición del hospital, Zulema Gallardo.

“Pero al verlos contentos con sus platos favoritos y aparte que tienen pequeños momentos de alegría a través del personal que está repartiendo las dietas, se sienten más tranquilos, más cómodos y también felices”, agregó.

 

ica