Los jóvenes del nuevo milenio, como las generaciones anteriores, por sus hábitos sociales y de consumo son categorizados por analistas, medios de comunicación y empresas de mercadotecnia bajo etiquetas como centennials, posmillenials, generación Z y otras tantas formas de agrupar a los nacidos a partir de la última década de los 90s. Son jóvenes que nacieron familiarizados con las redes sociales, los dispositivos móviles y, evidentemente, con su inseparable teléfono celular.
Las marcas comerciales estudiaban sus gustos y los estudiosos reparaban en sus costumbres y rasgos identitarios, pero llegó la pandemia y la crisis del coronavirus los ha convertido en la Generación Covid, justo en el momento en que se preparaban para elegir un empleo o una carrera.
Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que la crisis provocada por la pandemia del coronavirus tiene efectos devastadores en la educación. Para ese organismo “más del 70% de los estudiantes jóvenes o que alternan sus actividades académicas con trabajo sufren a causa de la interrupción de los centros de formación“. De acuerdo con la investigación, “el 65% de ellos considera su superación afectada, la mitad opina que la conclusión de sus estudios se verá retrasada, y el 9% adujo que podría tener que abandonarlos de manera definitiva”.
El informe titulado Los jóvenes y la pandemia de la covid-19: efectos en los empleos, la educación, los derechos y el bienestar mental señala que la situación es aún peor para quienes viven en los países de ingresos más bajos, donde existen mayores deficiencias en materia de acceso a Internet y disponibilidad de equipos. Para la OIT “la pandemia tiene una repercusión muy adversa en los jóvenes. No sólo merma su empleo y futuro profesional, sino que menoscaba en gran medida su educación y formación, y por ende, su bienestar mental”.
La referencia viene a propósito de que miles de jóvenes en el país se prepararon para presentar su examen de ingreso a la UNAM. En muchos casos son jóvenes que serán los primeros en su familia que ingresen a la Máxima Casa de Estudios. De acuerdo a la información se registraron 84 mil 947. De ese universo, nueve de cada 10 no lograran ingresar.
Ante este panorama, como recomienda la OIT, es necesario e imperante “adoptar medidas políticas que tengan en cuenta los efectos de la crisis en los jóvenes, para evitar que ello dé lugar a la pérdida de una generación y de toda su capacidad productiva”.
Con la pandemia, el futuro, que son los jóvenes, no es para un tiempo distante e incierto, el futuro es hoy.