Alonso Tamez

México rebasó las 60 mil muertes por Covid-19. Según los propios datos de López-Gatell, estamos en el escenario “muy catastrófico”. Si la estrategia es un gran fracaso, ¿por qué el presidente la mantiene sin cambios y por qué López-Gatell sigue al mando? La respuesta más probable es también de las más preocupantes.

Tal parece que López Obrador mantiene el statu quo por orgullo, ya que retirar del cargo al subsecretario o cambiar la estrategia sanitaria y económica, sería “dar por bueno” el argumento de la oposición. Mexicanos que no deberían morir, están muriendo porque el presidente no tiene la madurez para reconocer un error; porque parece estar más ocupado en proteger su ego que en cuidar a su gente.

En otras palabras, López Obrador no cambia de estrategia porque sabe que, hasta hoy, no ha habido grandes consecuencias en su popularidad. Puede darse el lujo, por ejemplo, de ignorar el llamado de nueve gobernadores pidiendo la renuncia de López-Gatell y un nuevo enfoque ante el virus. No pierde nada —pero el país sí—.

¿Qué podemos hacer? Una opción sería usar su propio juego de las “consultas ciudadanas”. Si se lograra armar una consulta con representatividad popular en las 32 entidades, pidiéndole al gobierno federal que cambie su estrategia sanitaria y económica, la presión para dar un necesario golpe de timón sería bastante grande.

Entendamos algo: el presidente sólo va a reaccionar cuando el no hacerlo afecte su imagen. Si una consulta le preguntara a millones si desean un enfoque distinto contra la pandemia —con una contrapropuesta clara—, así como más apoyos ante la crisis como un Ingreso Vital y beneficios fiscales, el costo de ignorarla sería muy alto. Y más porque dicho ejercicio podría estar acompañado de una campaña mediática a favor del “sí”.

Que el gobierno acepte su error, diseñe un nuevo enfoque y que menos personas mueran, sería el objetivo central. No podemos callarnos ante un presidente que fracasó en su obligación más básica: proteger la vida de los mexicanos.

@AlonsoTamez