Sin conocer el horario ni el canal donde seguiría sus clases de secundaria, Maritza Pérez inició el ciclo escolar; se levantó a las 7:00 horas, con pluma y cuaderno en mano se puso a buscar el contenido correspondiente al segundo año.
Para encontrar su horario de clases, pidió ayuda a su hermano, quien encontró la información en el sitio web de la Secretaría de Educación Pública, y entonces sintonizó el canal 3.2; sin embargo, los presentadores señalaban que eran clases para el primer grado de ese nivel escolar.
Tras corroborar el canal por diversos medios, a partir de las 8:00 y hasta las 11:00 horas la alumna tomó cinco clases correspondientes a las materias de: lengua materna española, matemáticas, historia, artes, ciencias y tecnología; y cívica y ética en diálogo.
Otra complicación de Maritza fue que al no tener un espacio adecuado para estudiar, se distraía con facilidad, pues la televisión está en la sala y sus familiares se atravesaban con frecuencia, por lo que perdía el interés y agarraba su teléfono para contestar mensajes o entrar a Facebook.
“Estas (clases) son mejores que las del ciclo pasado, pues están diseñadas para tomarlas a distancia, aunque hoy fueron un poco aburridas, porque fue un repaso del año pasado. Además, por algunos minutos la imagen se pasmó, pero en lo general son buenas”, dijo a 24 HORAS la alumna.
En ese sentido, manifestó extrañar el curso presencial, pues las dudas se resolvían en el momento; “ahora los maestros tardan en resolverlas o simplemente se limitan a mandar indicaciones para las tareas. Sin embargo, espero mejorar mi aprendizaje con ayuda de mis papas y hermanos, luego conocer a mis maestros”.
LEG