Se equivoca el presidente Andrés Manuel López Obrador al adjudicar a los “conservadores’’ la entrega del video en el que se ve a su hermano (ni tan) Pío recibir bolsas con dinero.

Con el paso de los días, ha quedado claro que se trató de “fuego amigo’’, es decir, que el video salió de una oficina de un supuesto colaborador con la causa morenista.

El video no estaba en posesión de ningún enemigo priista, panista o de otro partido contrario a los intereses políticos del Presidente.

No más de cinco personas tenían posesión de una copia del video.

O mejor dicho, de los videos, porque son más, muchos más, en los que se ve recibir dinero a operadores de Morena en Chiapas y otros estados del sureste.

A lo mejor, quien filtró el video tenía como objetivo perjudicar a David León, ex coordinador de Protección Civil y nombrado responsable de la entidad creada para la compra y distribución de medicamentos, pero se le pasó la mano.

El efecto en el discurso presidencial y su lucha contra la corrupción fue devastador; desde la exhibición del video, el caso de Emilio Lozoya y sus acusaciones, incluido el video en donde se ve a empleados del Senado recibir millones de pesos en efectivo, pasó a segundo término.

Hábil como es para desviar la atención de los temas que le incomodan, López Obrador ha ocupado buena parte de sus conferencias mañaneras en defenderse, defender a su hermano, a su partido y a su Gobierno.

“No somos iguales’’, repite, pero basta mirar las redes sociales para comprobar el impacto que tuvo en su imagen el video de su hoy hermano incómodo.

Incluso ayer se dio tiempo para “advertir’’ que sí es citado a declarar por el caso, aprovechará para “hablar’’ en contra de sus acusadores.

De hecho, ni falta hacía que el PAN presentara una denuncia para que la Fiscalía General de la República analice el caso y determine eventualmente qué delitos pudieron constituirse.

No fueron los conservadores quienes tenían ese video en su poder, era gente cercana a su hermano que por algo decidió filtrarlo aunque se quedó con varios más por lo que se ofrezca.

A ver.

****

La semana pasada el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, declaró que estaba concentrado en su función y no se distraía pensando en la eventual candidatura de Morena a la gubernatura de San Luis Potosí, tierra de sus padres.

Ello dejó despejado el camino para otros aspirantes, pero en especial para el que podría ser candidato del PAN, Xavier Nava, presidente de la cabecera municipal San Luis.

Nava no oculta su interés, pero tampoco puede ocultar el incremento de los delitos de alto impacto que han convertido a la capital en la ciudad más peligrosa del estado.

Según el informe más reciente del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el delito de narcomenudeo aumentó en 158% desde la llegada de Nava al Gobierno municipal.

Otros delitos como los homicidios dolosos, robo de vehículos, secuestros y robos a negocios también se incrementaron.
Tan solo en julio pasado hubo 40 homicidios dolosos contra los 14 registrados el mismo mes del año anterior.

En cifras cerradas, los delitos en la capital del estado se incrementaron en 14%.

Quizá le haría bien a sus gobernados que no se distrajera con el canto de las sirenas y se aplicara más en garantizarles seguridad, que es el principal problema local.