Dos escenarios: el primero, ayer, durante el último día de la Convención Nacional Republicana, el presidente Donald Trump defendió en la Casa Blanca sus aspiraciones para un segundo mandato.
Policías en activo invitados por el partido hablaron de lo difícil que es trabajar bajo administraciones demócratas en los estados, donde se quitan recursos a los cuerpos de vigilancia para beneficiar a grupos de la “izquierda radical”, frase multi repetida por los discursos de la campaña de Trump.
El segundo, un par de noches antes: Kyle Rittenhouse caminaba tranquilamente por las calles de Kenosha con un rifle semiautomático en las manos sin que la Policía lo detuviera. El joven de 17 años, que disparó el martes contra los participantes de las protestas raciales en Wisconsin, fue sido acusado por las autoridades del homicidio de dos personas y de herir a una más con su arma.
No fue la izquierda, sino la derecha radical la que presionó el gatillo en contra de quienes pedían justicia por el ataque (cuatro disparos a quemarropa y por la espalda en contra del negro Jacob Blake) que reactivó el domingo las manifestaciones raciales en Estados Unidos.
En Kenosha, durante la víspera, se respiró una tensa calma, en una ciudad con estado de alerta declarado, mientras en los jardines de la Casa Blanca, por la noche, el Presidente cuestionaba a la “izquierda radical”.
Presume que restaurará el orden, entre reclamos
Reuters
Con un discurso de Donald Trump en el césped sur de la Casa Blanca, lugar polémico para un evento partidista, se puso fin a una convención de cuatro días que le ha presentado como un líder que puede restaurar el orden tras meses de protestas contra la injusticia racial, así como revivir una economía golpeada por la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Trump busca dar la vuelta a una campaña electoral que se ha visto opacada por dicho mal, que ha acabado con la vida de más de 179 mil personas en Estados Unidos y ha dejado a millones de ciudadanos sin trabajo.
A falta de poco más de dos meses para la elección del 3 de noviembre, el exvicepresidente demócrata Joe Biden lidera todos los sondeos, en parte por el descontento público sobre el manejo de Trump de la crisis sanitaria.
LEG