Lo que pasó ayer en la Cámara de Diputados en la votación para elegir a la nueva mesa directiva fue una copia de lo ocurrido hace un año.
Morena se dividió en el 2019 para impedir que la panista Laura Angélica Rojas fuera electa, en el primer intento, presidenta de la mesa directiva; cinco días después la votación la favoreció.
Parece que lo mismo ocurrirá con la planilla que encabeza Dulce María Sauri, que ayer no pudo obtener la mayoría calificada necesaria para librar el trámite.
Se requería de 303 votos a favor y solo logró 278; 64 legisladores se abstuvieron y 112 votaron en contra, entre ellos todos los del PT y el PES.
Para obtener el número suficiente de legisladores que requería el PRI a fin de mantenerse como la tercera fuerza, el PRD “le prestó’’ 4 diputados, que después de la votación volvieron al partido del sol azteca.
La maniobra podrá ser pragmática, sucia o como quiera llamarle, pero la Ley Orgánica de la Cámara de Diputados en el artículo 27 en la fracción Segunda establece que los diputados pueden cambiar de partido “hasta antes de la sesión’’.
Podría ser hasta un minuto antes porque el ordenamiento no precisa los plazos.
Si los perredistas volvieron a su bancada, entonces el PRI tendría hoy de nueva cuenta 46 diputados, lo que pone en riesgo su lugar como tercera fuerza.
Perooo, se entiende que el presidente López Obrador mandó un mensaje directo para que Morena no le escatimara la presidencia al PRI, por lo que es de suponerse que Gerardo Fernández Noroña no intentará de nuevo arrebatar al costo que sea la presidencia de la mesa.
Al final de cuentas, lo que ocurre en la Cámara de Diputados es el reflejo fiel de la situación política de nuestro país: disputas internas, pragmatismo vil -en el más amplio sentido de la palabra-, mensajes cruzados, intrigas palaciegas, traiciones, venta de principios, intereses personales sobre el proyecto de país, etcétera.
Como para una novela negra.
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Durante la reunión de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, su presidente, Mario Delgado, “invitó’’ al PRI a proponer la planilla para la presidencia de la mesa directiva por ser la tercera fuerza.
Pero a la hora de la votación, Delgado se abstuvo, lo que desde luego se convirtió en un voto en contra.
Así no quedó mal con su fracción pero parece incumplir una orden de su jefe de dejar pasar al PRI sin tanto rollo.
Ahora habrá que esperar qué negocia en los próximos cinco días porque ni modo que crea en la teoría de Fernández Noroña de que ceder la presidencia al PRI es un error porque en caso -él lo dijo- de que el presidente López Obrador no pudiera continuar con su mandato, el interinato correspondería precisamente a quien presida la Cámara de Diputados.
Si esos son los cuates del “compañero López Obrador’’, ¿cómo pensarán los enemigos?
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Todos los que criticaron la oferta de rescate de los cuerpos de los 39 mineros fallecidos en Pasta de Conchos tenían razón: es imposible.
De eso ya se dio cuenta el Gobierno de la 4T que ayer ofreció a los familiares de los mineros un pago de 3.7 millones de pesos para cada uno y la opción de continuar con el rescate que costaría 1,700 millones de pesos o la construcción de un “memorial’’ para cerrar el tema.
El “rescate’’ se llevaría todo el sexenio y no hay garantía de que encuentren los cuerpos a 14 años de distancia.
Se les dijo, pero ya ven…