El teatro mexicano pende de un hilo. La industria cultural está en peligro, pues su permanencia depende completamente de la venta de boletos y por el aislamiento social a causa del coronavirus los teatros permanecen cerrados, mientras que los que decidieron abrir sólo pueden usar 30% de su capacidad.
Rebeca Moreno, productora de teatro desde hace 25 años, comenzó su carrera con la puesta en escena La dama de negro y desde hace 10 años se desempeña como productora preferente del Teatro Xola Julio Prieto.
Moreno es uno de los miles de afectados por la pandemia en el medio artístico, pues el coronavirus la obligó a bajar el telón el 17 de marzo pasado, medida que tomó antes de que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum implementara esta estrategia para toda la Ciudad de México y fuera replicada en todo el país.
De lunes a domingo presentaban obras, y en puerta tenían el estreno de Los chicos de la banda, basada en la obra de Mart Crowley que tenía como protagonista a Horacio Quiroga; otra que se vio afectada fue 12 princesas en pugna, con ocho años en cartelera sin interrupciones.
“Antes de empezar la pandemia presentábamos obras de teatro de domingo a lunes, los domingos con contenidos infantiles, y de un momento a otro tuvimos que cerrar, en septiembre cumplimos seis meses con el teatro cerrado”, explica la productora.
Es dificil controlar al staff
Las productora comenta que las medidas de seguridad sólo sirven para cuidar al espectador, mientras que el elenco y staff permanecen en contacto cercano.
“Me sorprendió mucho que Sheinbaum decidiera que se abrían los teatros. Muchas agrupaciones teatrales a nivel nacional hemos trabajado con la Secretaría de Cultura que colabora con la Secretaría de Salud para hablar de un sano retorno. A diferencia del cine, donde tú puedes cuidar a la audiencia, aquí es muy complicado cuidar al elenco y a la gente que trabaja del escenario para atrás. Fuera del escenario no puedes guardar la sana distancia”, asegura Moreno.
Salen de una para entrar a otra
Los teatros no consiguen tregua ante la crisis. Primero sobrevivieron a la escasez de público que dejó de asistir al teatro por las afectaciones que sufrió después del sismo de 1017; y en 2019 se implementó el Impuesto Sobre Espectáculos Públicos (ISEP), un cargo de 8% a la taquilla neta en espectáculos como la Fórmula 1, corridas de toros, carreras de caballos, conciertos y, por supuesto, al teatro.
“A principios de este año nos regresaron un impuesto que no pagaba el teatro desde hace 20 años, y nos lo hicieron retroactivo. Tuvimos que pagar el monto que correspondía a 2017, 2018 y 2019, recién habíamos hecho esos pagos y viene la pandemia. La tenemos muy difícil. A diferencia de otros países, nosotros no hemos tenido ningún incentivo fiscal como el de retirarnos ese cobro”, expresa.
La compra de geles antibacteriales, termómetros, tapetes de sanitización y otros equipos necesarios para para mitigar el contagio del Covid-19 se verán reflejados en los costos del boleto, ya que las producciones no pueden absorber el gasto.
“No nos queda de otra más que cobrarlo en el boletaje, no hay dinero para invertir en las medidas de seguridad. Además, las pruebas de covid para los actores cada semana se vuelven un gasto muy elevado y eso no significa que no fuera a haber un brote”, comparte Rebeca Moreno.
Teatro virtual difícilmente será rentable
Margarita Jasso Belmont
El productor Gerardo Quiroz consideró que el teatro virtual “difícilmente será rentable”, porque el costo de los boletos tiene que ser económico, poniendo en riesgo los ingresos de los colaboradores en cada producción, además de que el público aún no está acostumbrado a los eventos por streaming.
En una entrevista para 24 HORAS, Quiroz explicó que si bien aún está considerando la transmisión de los musicales a través de streaming, existen obstáculos para llevarla a cabo, como la obtención de los derechos de autor de las obras para ser expuestos en plataformas digitales y la calidad que se debe garantizar para el disfrute del público.
“La semana pasada tuve un evento, el Urban Fest, y todavía el público no se acostumbra mucho a estos eventos por streaming. Lo tenemos pensado quizá para septiembre, pero tu sabes que los derechos de autor de un espectáculo en vivo no son los mismos que se requieren para hacer un streaming. Difícilmente va a ser rentable porque tendrías que dar muy barato los boletos”, dijo.
Por otro lado, adelantó que están analizando la posibilidad de que su obra, Fiebre de Sábado por la Noche, regrese a los escenarios en octubre, siempre y cuando ya se haya establecido el semáforo amarillo, para garantizar un aforo de al menos 50% de la taquilla, pues de lo contrario los gastos de una puesta en escena no pueden cubrirse.
En caso de que no haya semáforo amarillo en octubre, las producciones de Quiroz, que da trabajo a 160 colaboradores, no regresaran a operar.
Sobre la situación que enfrenta el teatro, el productor confirmó que tiene conocimiento de que al menos tres teatros ya no abrirán y una afectación a más de 10 mil familias. Además, descartó que hasta ahora ya se hayan concretado apoyos gubernamentales para la supervivencia del teatro.
LEG