Es interesante revisar, analizar y reflexionar el desempeño del movimiento del tipo de cambio peso– dólar, en medio de la gran inyección de liquidez de los bancos centrales a nivel mundial y del desempeño actual de los mercados globales, en este caso, de bolsas accionarias, tasas de interés, materias primas y desde luego, el movimiento de divisas.

Sin duda, la fuerte inyección de liquidez generada por la Fed, ha llevado a incrementar significativamente su hoja de balance de 3.8 a 7 billones de dólares, además de los programas fiscales del Gobierno. Entre ambos, representan más de 30% del PIB de Estados Unidos.

Toda esta liquidez se ha permeado en los diferentes mercados y ha tenido un efecto en la debilidad del dólar, que en el año, registra una pérdida de alrededor de 5%. Las bolsas americanas han logrado marcar récords, en especial el Nasdaq, que alcanza más de 33% de ganancia en el año, olvidando el momento de la gran caída cercana a 40% entre finales de febrero y gran parte de marzo pasado. El Oro también ha estado fuertemente demandado y ha logrado registros récords por arriba de los 2,000 dólares por momentos. En el año acumula poco menos de 30%.

Y ¿qué está pasando en las divisas y en especial con Tipo de Cambio?

La debilidad del dólar está permitiendo “respiros” para algunas monedas como el peso mexicano, y junto con la gran actividad del Banxico, a través de utilizar la línea de swaps, que en cuatro operaciones en diferentes momentos, satisfizo hasta ahora, la demanda de 11,500 millones de dólares, más las subastas extraordinarias, dando liquidez a inversionistas extranjeros (recomprando sus Bonos a cambio de Cetes), han llevado al peso mexicano a recuperar en 23 semanas, un 15% de los niveles más débiles registrados en $25.75 (06 de abril) y con ello, la depreciación en el año asciende a 15.75%.

Esta recuperación a veces no coincide con “el sentimiento”, “con el ambiente”, “con noticias”, con “la expectativa futura de la economía”, que escuchamos día a día. El mercado se mueve por “flujos” y mientras las condiciones globales estén relativamente tranquilas y no se vea una presión con la fortaleza del índice dólar (DXY), el peso mexicano tiende a recuperarse y/o mostrarse más estable.

Actualmente se viene aproximando a su promedio móvil de 200 días ligeramente debajo de $21.50, nivel que puede representar una zona de oportunidad de “acumulación técnica”. El movimiento general en zona baja de acumulación estaría entre $21.60 a $21.30 en el mercado interbancario, en espera de un rebote técnico.

Tanto el índice dólar (DXY) como el peso mexicano se encuentran técnicamente en niveles de “sobreventa”, aunque, el índice dólar está probando su línea de tendencia de alza de 2011 a la fecha. Por ello, es probable que en estos primeros 15 días de septiembre, veamos definiciones con movimientos de aumento en su volatilidad.

Consideramos en primera instancia, que debemos revisar la señal que vaya definiendo el índice dólar (DXY) y posteriormente, el peso mexicano.

Algunos indicadores de apoyo al peso mexicano, es la ubicación de la tasa riesgo país de México que viene desde 445 puntos (abril 2020) hasta 261 puntos actuales, una caída de 184 puntos base y que podría tener sus niveles bajos alrededor de los 250 puntos.

Solamente un cambio “fundamental” global de sentimiento y confianza, podría modificar este posible escenario, como la detección y “aprobación de uso” de la vacuna contra el coronavirus o algún escenario diferente de las elecciones en Estados Unidos.

                                                                                                                                                                      @1ahuerta