Si es el mejor Gobierno el que encabeza el presidente López Obrador, en medio de la peor crisis económica de los últimos 100 años, ya lo veremos. El juicio de la Historia lo aguarda. Algunos dicen que tendrá la habilidad, como lo están intentando otros mandatarios del planeta, de aventarle toda la culpa a la pandemia. ¿Lo lograrán?
Por el bien del país, ojalá todo vaya mejor: combate a la inseguridad, destierro de la corrupción y la impunidad, siembra de las bases para la verdadera transformación, rescate a los que menos tienen, apoyos a los empleadores, apuesta a la infraestructura y concentrarse en la ciencia, tecnología y educación. Claro, entre otras decenas de temas fundamentales.
Lo que no está a discusión, es que poseemos la peor oposición, en el mejor momento. En términos beisbolísticos, que tanto le gustan al titular del Ejecutivo, tantas bolas lentas y ninguna carrera. Tan mal pitcher, y nadie saca la esférica del estadio. Es decir, en dos años de Gobierno, los contrarios tienen muchos errores en la pizarra.
Claro, esto no se acaba hasta que se acabe el sexenio, pero ¿de verdad ningún miembro de los partidos opositores se ha volado la base? ¿Sólo siguen tuiteando ofensas en Twitter? ¿Creen que así lograrán que pierda el partido?
Decía Tom Lasorda (exmanager) que hay tres tipos de jugadores: los que hacen que pasen las cosas, los que ven lo que sucede y aquellos que se preguntan qué sucedió. Sin duda los azules, amarillos y tricolores de hoy, son de los últimos. Todos los días a las ocho de la mañana, están vueltos locos con la conferencia presidencial, las declaraciones matutinas, y la ocurrencia sacada de la chistera.
El exdirectivo Pat Gillick aseguraba que el béisbol es la combinación de trabajo duro y estrategia, cuadratura del círculo que aún no entienden los que ya quieren que se vaya el tabasqueño de Palacio Nacional.
Los priistas no le hacen caso al gran Babe Ruth, que decía que nunca el miedo a poncharte debería negarte la posibilidad a jugar béisbol. Muchos tricolores, como tienen cola muy larga, tienen pico muy chico. Con el miedo de que les congelen sus cuentas bancarias, o los investigue la UIF, mejor nadan de muertito. Varios gobernadores, senadores, diputados federales y locales del PRI tienen miedo de hacer política, porque fácilmente les pueden cantar el tercer strike.
En Acción Nacional están peor que nunca. Un grupúsculo de juniors jugando a la política, le ofrecen al Presidente de México un juego de exhibición, donde se ve un equipo de ligas mayores, contra un equipo infantil de la Liga Maya.
El exjugador Leo Durocher comentaba que el béisbol es como ir a misa: muchos van pero pocos entienden. Y así están la mayoría de los panistas. Solo llenan los grupos de WhatsApp con memes, recolección de firmas para llevar a juicio político a AMLO, caricaturas y comparaciones del dueño del equipo con Chávez, Fidel y Putin. En pocas palabras, no le entienden, y les quedó grande el guante, les pesa el bat, se les cae la gorra, y ni saben masticar tabaco.
Tienen los opositores a un Carl Yastrzemski con guayabera; mientras el exjugador pensaba en béisbol cuando se despertaba, pensaba todo el día en la pelota caliente y soñaba con ella por las noches, y en el único momento que no pensaba en el deporte, era cuando estaba jugando; el presidente López Obrador hace lo mismo con la política y las elecciones.
Los lideres de la oposición, los visibles en los partidos distintos a Morena, PT, PES y Verde, y los que que se atreven a criticar al hombre al bat, no intimidan ni ponen nervioso al personaje que se les embaza todos los días, y hasta mete carreras “de caballito.”
Insistimos, si es el mejor Gobierno en el peor momento, ya lo veremos; pero de que tenemos a la peor oposición, no hay duda: viene el 2021 y hay casa llena, y cero outs.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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