Al margen de los contagios y fallecidos, una de las peores tragedias que causará la pandemia de Covid-19, es ampliar la brecha educativa y tecnológica en el país.
Resultan insuficientes las dos horas de clases por televisión al día, que ofrece la Secretaría de Educación, a los estudiantes de nivel básico en escuelas públicas, contra las seis horas de clases en línea que ofrecen las escuelas privadas.
Ante esta situación, y a pesar de la orden de la SEP a los maestros, de apegarse únicamente al programa que se da por televisión, algunas escuelas públicas y profesores preocupados por sus alumnos, han decidido dar un extra y reforzar el contenido con más horas en línea.
Sin embargo, este extra, ha puesto en evidencia la gran desigualdad en el país y en consecuencia la inequidad en la educación. Toda vez que para tomar clase, es necesario tener una computadora, tableta o teléfono celular.
Aunado a una conexión de internet, o saldo en el teléfono; herramientas a las que millones de alumnos no tienen acceso.
Situación que se complica aún más cuando el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, no entrega los libros de texto completos.
Mientras que, en la educación privada, el objetivo es tener profesores que se adapten a las nuevas tecnologías, un tema en el que la mayoría de los alumnos, los rebasa. Y retener la atención de los estudiantes.
A dos semanas del nuevo ciclo escolar, maestros, alumnos y padres de familia, han reconocido un mayor reto educativo en México; lo importante es saber si este mensaje le ha llegado al primer mandatario, quien con sus otros datos, se niega a otorgar tecnologías e internet gratuito a los estudiantes de menores recursos y con ello, evitar la deserción.
Señor presidente los estudiantes de hoy son los ciudadanos, los votantes, los gobernantes del futuro, parte del legado de su denominada Cuarta Transformación, entonces ¿cuál es el nivel académico al que aspira su gobierno?