Al menos 100 mil manifestantes bielorrusos salieron a las calles de Minsk el domingo en una de las mayores manifestaciones hasta el momento contra el presidente Alexander Lukashenko después de que se proclamara una victoria aplastante en unas elecciones que, según sus oponentes, fueron manipuladas.
Mientras la ira pública continuaba creciendo contra Lukashenko, quien ha gobernado la antigua nación soviética durante 26 años, Moscú le ofreció su apoyo diciendo que enviaría paracaidistas a Bielorrusia para simulacros conjuntos de la “Hermandad Eslava”.
Una ola de protestas se ha extendido por Bielorrusia desde las elecciones presidenciales del 9 de agosto, que según los manifestantes en realidad fue ganada por Sviatlana Tsikhanouskaya. Desde entonces, figuras clave de la oposición han sido encarceladas o han huido del país, con Tsikhanouska ya ahora en Lituania.
Lukashenko niega que las elecciones hayan sido manipuladas y ha dicho que potencias extranjeras están detrás de las protestas.
Una gran columna de manifestantes marchó a través de la capital Minsk hacia un distrito del gobierno el domingo, coreando “Viva Bielorrusia” y “Eres una rata”, una burla que se ha utilizado con frecuencia contra Lukashenko durante las manifestaciones.
Se detuvieron y corearon “fascistas” mientras cientos de policías antidisturbios con escudos bloqueaban la carretera. Mientras tanto, en la ciudad de Brest, la policía utilizó cañones de agua contra los manifestantes, según el canal Nexta Live.
La policía dijo que había detenido a más de 400 personas solo en Minsk. Un testigo de Reuters dijo que las detenciones continuaban el domingo por la noche.
El ambiente era tenso, con una gran presencia policial en partes de la capital, y algunas áreas centrales cerradas con alambre de púas, incluida la Plaza Oktyabrskaya y la Plaza de la Independencia, puntos comunes de concentración de manifestaciones antigubernamentales.
La agencia de noticias rusa Interfax informó que se habían realizado disparos al aire para advertir a los manifestantes en un área de Minsk donde vive el liderazgo bielorruso.
Un ministerio del interior dijo más tarde que se disparó un tiro al aire.
El malestar se produce cuando Lukashenko, en el poder desde 1994, se prepara para viajar a Rusia el lunes para conversar con el presidente Vladimir Putin.
Moscú, un vecino y aliado tradicional, ha intensificado su apoyo, ofreciendo reestructurar potencialmente la deuda bielorrusa y proporcionando liquidez bancaria. También ha dicho que la policía antidisturbios rusa podría estar disponible si es necesario.
El domingo, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que enviaría paracaidistas de su división de élite Pskov a Bielorrusia para los simulacros conjuntos a partir del lunes y hasta el 25 de septiembre, informó la agencia estatal de noticias TASS.
En las calles de Minsk, algunos críticos de Lukashenko expresaron su esperanza de que la magnitud de las protestas del domingo socavaría al líder bielorruso y dificultaría que Putin lo respalde abiertamente.
“Tenemos que demostrar con esta marcha que él (Lukashenko) no controla el país, que no está en condiciones de hablar en nombre de los bielorrusos”, dijo Gennady, de 35 años, un trabajador de logística que se negó a dar su apellido.
AR