Mediáticamente fue un éxito.
Normal en este Gobierno, pues su signo es la publicidad.
Pero comercial y económicamente culminará en fracaso.
Cualquier negocio quebraría si su dueño distrae dinero de su manutención para comprar su propia mercancía y cree haber vendido el inventario.
Eso sucede con la llamada rifa del avión presidencial.
El primer engaño lo presenta el mismo boleto:
Domina la imagen del TP-01 José María Morelos, pero en letras chiquitas se precisa:
“Gran sorteo especial” y al lado el logotipo del INDEP en mayúsculas, mal acrónimo del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.
Luego viene el anuncio de la realidad:
“CIEN premios de 20 millones de pesos cada uno (…) equivalentes al valor del avión presidencial”.
Aquí ya no salen las cuentas:
Si se emitieron seis millones de boletos porque la aeronave vale tres mil millones de pesos, solamente se rifarán dos mil millones y no son equivalentes ambas cifras.
Total, a contrarreloj, a la fuerza y descuentos quincenales tratan de acomodar todos esos cachitos entre burocracia, legisladores, sindicalizados…
Porque los barones no se dejaron extorsionar y no compraron, como se dijo en la mañanera del 13 de febrero, tres millones de pedazos para la rifa de una avión que jamás se rifará.
PARTICIPAN O SE MARGINAN
Ayer comenzó a circular la convocatoria.
Los 31 gobernadores y la jefa de Gobierno son llamados a enlazarse en una reunión con el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y otros funcionarios federales.
El tema es de interés para todos: el dinero.
El objetivo resulta impostergable: encontrar nuevas formas de reparto de los impuestos, bienes y servicios federales para desatascar a estados y municipios.
Pero diez de los 32 citados han decidido dinamitar su propia organización, la Conago, para solaz de ya saben quién.
A ver quiénes regresan -Jaime Rodríguez se enlazó a la última reunión y Francisco García Cabeza de Vaca envió un representante- o deciden sustraerse definitivamente.
Con el riesgo adelantado aquí y confirmado por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero: la federación se entenderá con la Conago de Juan Manuel Carreras y no con los gobernadores individualmente.
¿DE QUÉ LOS VAN A ACUSAR?
Primer acto:
La campaña giró con la promesa de enjuiciar a los ex presidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña.
Segundo acto, toma de posesión:
“…soy partidario del perdón y la indulgencia”.
Tercer acto en espera:
Se seguirá la ruta constitucional para la consulta de juicio: tercios de la Cámara o el Senado, firmas ciudadanas de acuerdo al padrón, algo así como 1.8 millones, o convocatoria presidencial.
Cuarto acto:
La Corte deberá calificar la constitucionalidad o no de este acto de venganza, amén del debido proceso y la presunción de inocencia.
Quinto acto, en espera:
Yo votaré por el no.
La obra necesita título.
Falta, además, respuesta a dos preguntas claves:
¿De qué los van a enjuiciar, si no hay denuncia ante la Fiscalía y su titular Alejandro Gertz Manero sigue callado?
¿Corrupción a secas?
Un pasante de derecho se haría famoso con el revés al Gobierno.