Ya han pasado tres años de aquel sismo de magnitud 7.1 que sacudió a la Ciudad de México, un 19 de septiembre. Don Pepe –residente de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco– recuerda que ese día se encontraba en su local en el mercado y no supo cómo reaccionar.
Las lámparas del techo empezaron a moverse muy fuerte, el azulejo a desprenderse, la mercancía se cayó al suelo, se escuchaba el crujir de las paredes y se vino abajo una pared de un costado del mercado, fue ahí cuando fue golpeado por una madera y lo único que hizo fue esconderse debajo de una pequeña mesa a esperar.
Fue su hijo quien lo sacó de ahí y tras dos horas, por el temor de que volviera a temblar, el hombre de 55 años entró al lugar y vio el patrimonio de su vida destruido, no pudo contener las lágrimas; el mercado tuvo que ser demolido.
Pero eso no fue la única pérdida que tuvo, su casa también sufrió graves daños. Y fue hasta mediados de febrero pasado, que nuevamente los locatarios pudieron regresar al mercado, aunque su economía no ha podido reactivarse, ahora, debido a la pandemia de Covid-19.
Don pepe comenta que desde mayo hasta la fecha sus ventas bajaron 50%, y que, para poder vender un poco más, ha tenido que reducir sus precios.
LEG