Una compañía francesa está recolectando piel de salmón que iría a parar a los botes de basura de los restaurantes para convertirla en cuero para producir correas de relojes y billeteras de lujo.
Convertir la piel de pescado en cuero es un oficio milenario que en la actualidad está experimentando un renacimiento, impulsado por sus credenciales ecológicas, pero aún no ha entrado en la exclusiva industria de la moda.
Tres amigos, que se conocieron cuando estudiaban ingeniería química cerca de París y aprendieron por sí mismos el proceso de curado desde cero, están tratando de cambiar eso.
“La piel del salmón tiene flexibilidad y delicadeza, tiene menos de medio milímetro de grosor, pero una resistencia que es casi equivalente al cuero de vaca”, dijo Benjamin Malatrait, uno de los tres amigos que fundó la firma Ictyos.
“Tiene una veta más marcada, con escamas que recuerdan un poco al lagarto”, señaló en el taller de su empresa cerca de la ciudad francesa de Lyon. “Visualmente es bastante exótico”.
Su firma ha estado seis meses en una “incubadora” de startups dirigida por el gigante mundial de la moda LVMH, con sede en París y propietaria de marcas como Louis Vuitton y Christian Dior. La idea es que de esos proyectos se logren acuerdos con casas de moda de LVMH.
Malatrait dijo que Ictyos trabaja con 250 clientes -grandes marcas y productores artesanales-, que están probando los productos para usarlos en correas de relojes, bolsos y ropa.
PAL