A las agitadas aguas de la elección presidencial estadounidense -en la que Donald Trump pelea por su reelección y Joe Biden por regresar a la Casa Blanca, donde fungió como vicepresidente de Barack Obama-, se suma la oleada que deja la muerte de la jueza de la Suprema Corte Ruth Bader Ginsburg.
El debate se centra en la decisión de nombrar a un suplente, a menos de dos meses de la elección, en un escenario similar al que se dio en las presidenciales anteriores, las de 2016, cuando tras la muerte del juez Anthony Scalia los republicanos -encabezados por Mitch McConnell-, rechazaron la nominación de un candidato por parte del ala demócrata.
Este fin de semana, a unas horas del deceso, el mandatario Trump dijo que enviaría una propuesta para ocupar la plaza, lo que Biden rechazó como un “crudo ejercicio de poder político”.
Y es que el movimiento del magnate en la Corte Suprema reforzaría la mayoría conservadora de 6 a 3.
“Los votantes de este país deben ser oídos (…) son ellos los que, según establece la Constitución, deben decidir quién tiene el poder de hacer esta designación”, señaló desde Filadelfia.
Agregó que, si gana las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, debería tener la oportunidad de designar a la próxima persona que ocupará un puesto en la Corte Suprema, la idea que más ha permeado en EU.
Ayer mismo, la senadora Lisa Murkowski de Alaska dijo que no apoyaba la iniciativa, convirtiéndose en la segunda de los 53 republicanos de la cámara de 100 miembros en hacer su postura pública tras la muerte de la jueza liberal.
¿Quién era Ginsburg?
La jueza Ruth Bader Ginsburg era una progresista incondicional de la Corte Suprema de Estados Unidos desde 1993. Murió el viernes pasado a los 87 años, dándole al presidente Donald Trump la oportunidad de expandir la mayoría conservadora del tribunal, en un momento de profunda división en Estados Unidos y a las puertas de una elección presidencial.
Ginsburg era una defensora de los derechos de la mujer que se convirtió en un icono para los progresistas estadounidenses. Murió en su casa de Washington por complicaciones de cáncer.
“Nuestra nación ha perdido a un jurista de talla histórica”, declaró tras el hecho el presidente de la Corte Suprema, John Roberts.
Ella fue la segunda mujer en servir en el máximo órgano del Poder Judicial y pionera en la defensa de los derechos de la mujer
LEG