@guerrerochipres
¿Es la polarización monopolio de una ideología? Por supuesto que no. Por si había dudas ahora sabemos que en las opciones de derecha, entiéndase de la democracia cristiana, también hay actores polarizantes.
El escritor y ambientalista estadounidense Edward Paul Abbey refirió que “El balance es el secreto, un extremismo moderado”. A oídos sordos.
Este fin de semana, ante el alboroto causado por Frente Nacional Anti-AMLO (Frena) y las declaraciones que lanzó uno de sus dirigentes acusando a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, de ejercer un estilo de mandato soviético, no es posible evitar reconocer radicalismos y extremismos en las derechas.
Sheinbaum respondió que los sistemas con las características que definieron a la extinta URSS, derrumbada en 1991, dejaron de existir sin que por ello desaparezca la utilidad retórica que en ciertas concepciones del mundo ocupa aún el día de hoy lo que ya no existe.
La derecha sabe de entelequias.
Gobernar una ciudad no radica en la concentración desmedida de poder, se basa en delegar a cada uno tareas específicas para construir en conjunto un proyecto de comunidad urbana. La propia derecha había venido reclamando una acción policial que, por cierto, está limitada a lo que establece el protocolo de uso legítimo de la fuerza. La propia derecha ha venido impulsando mayor firmeza policial para contener otros radicalismos.
Los ciudadanos en general requerimos una noción de orden y de respeto a las libertades en completo equilibrio: sin daño a los derechos de los demás.
Vinieron molestias, reclamos y calificativos. En la versión de los derrotados en la elección del 2018, Sheinbaum impidió la libre expresión por no dejar pasar a los manifestantes al primer cuadro de la ciudad aunque la Policía explicó originalmente que impedía la confrontación de tres manifestaciones.
El Presidente de la República ya había invitado a las derechas a manifestarse como él mismo lo hizo ante el señalamiento de fraude en las polémicas elecciones de 2006 cuando habría ganado el panista Felipe Calderón Hinojosa.
En aquella época la severa crítica de grupos, tanto conservadores como ultraderechistas, no se hizo esperar. Hoy es útil observar el comportamiento de los mismos actores.
Las inconformidades de FRENA se combinan con la de los intelectuales vinculados a las pasadas administraciones, y a otras causas que eventualmente se presenta como vinculadas a algunas de mayor consonancia social, como las relacionadas con la seguridad y la justicia.
Los adversarios de AMLO podrán mostrar su persistencia y sentido de comunicación.
Así tendrían alguna oportunidad, si son realmente resilientes respecto de su propia urgencia de adaptación o rebeldía, de reivindicación o descalificación, de ser más trascendentes que el hecho de ser una voz particular que tiene derecho a expresarse pero está llamada a demostrar que tiene respaldo popular generalizado.