La fundación Alfredo Harp Helú, reemplazó con un árbol de Higo del Valle de San Pedro Apóstol, Ocotlán, el laurel de más de 20 metros que el pasado 15 de septiembre se cayó en el zócalo de Oaxaca tras las intensas lluvias que se registraron en la capital.
Desde el pasado miércoles comenzaron los trabajos para coordinar y colocar el árbol por parte de la Fundación, traído desde San Pedro Apostol, Ocotlán, municipio de los Valles Centrales de Oaxaca.
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A la Higuera se le colocaron tensores de acero para asegurarlo, esperando que tenga brotes hasta la próxima primavera.
Don Liborio, quien sembró el árbol, le habló al árbol y le dio la bienvenida al corazón de Oaxaca.
Por otro lado, el ecologista Nazario García Ramírez, criticó que el zócalo y los parques de Oaxaca sigan siendo experimentos de ocurrencias.
Al comentar que es primordial sustituir los árboles caídos en el zócalo, aseguró que no se debe de enajenarse por una buena intención.
Explicó que el árbol de Higo tiene similitud con los laureles caídos, lo cual da la oportunidad de afirmar que le pasará lo mismo a futuro.
“La Fundación es la que forestó las calles de la ciudad que hoy se están podando y derribando los mismos árboles que ellos plantaron porque se han convertido en un peligro”, recordó.
Comentó que como ecologistas contaban con un ahuehuete certificado que es hijo del árbol del Tule que tiene 10 años o el proyecto “8 Jardineras 8 Regiones” que dejó el maestro Eduardo Verástegui.
Sostuvo que si la Fundación Alfredo Harp Helú quería seguir justificando sus impuestos o adueñarse de la ciudad estaba bien, pero que lo hiciera sin engaños.
Por esta razón, adelantó que el próximo lunes protestará ante la falta de un plan integral que garantice la preservación del medio ambiente en Oaxaca, además contra la intención de venta del Cerro del Crestón por parte del Ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca.
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EAM