A seis años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el Gobierno federal concluye que la llamada “verdad histórica” fue inventada por la administración de Enrique Peña Nieto para ocultar lo que realmente pasó con los normalistas.
Durante la presentación del informe de avance del caso, en Palacio Nacional, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas, dijo que la “verdad histórica” se colapsó, porque existen indicios de que los estudiantes nunca estuvieron juntos tras su desaparición.
Lo anterior destruye la hipótesis utilizada por el Gobierno de Peña Nieto para cerrar el caso, mismo que señala que los 43 estudiantes fueron quemadas hasta el punto de incineración en un basurero de Cocula y sus cenizas arrojadas al río San Juan.
El constructor de ese “montaje”, según lo expresado por Omar Gómez Trejo, titular de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa, fue Tomás Zerón, ex titular de la Agencia de Investigación Criminal de la extinta PGR ya que cuenta con una orden de aprehensión internacional.
A su vez, Alejandro Encinas acusó que “las decisiones de algunos jueces son una burla para los padres de familia y para la justicia; dan cuenta de la corrupción que aún permanece en el sistema judicial”.
Abundó que la nueva investigación está en el momento más complejo que es judicializarlo como un crimen de Estado pese a las resistencias del viejo régimen, “así como la contraofensiva de los voceros de la verdad histórica, quienes pretenden frenar los resultados alcanzados”.
El subsecretario concluyó que la “verdad histórica se construyó en beneficio de los perpetradores; la justicia debe alcanzar a todos los involucrados, no habrá impunidad. No generaremos falsas expectativas y no construiremos otra verdad histórica, aquí no estamos cansados y no descansaremos”.