Aunque la afectación principal de la artritis reumatoide es en las articulaciones y tejidos circundantes, esta enfermedad crónica y sistémica puede tener otras afecciones.
De acuerdo con especialistas, además de causar inflamación, dolor y rigidez en las zonas perjudicadas, con frecuencia la artritis también daña a otros órganos del cuerpo.
Este padecimiento puede causar enfermedad intersticial pulmonar asociada a la artritis reumatoide (EPI-AR), con hasta tres veces más probabilidad de mortalidad en la mitad de quien presenta artritis, e incrementar el riesgo de un evento cardiovascular y la probabilidad para desarrollar infecciones.
El diagnóstico temprano de esta manifestación extraarticular se dificulta debido a la ausencia de síntomas en las primeras etapas y se manifiesta en un 30% de los casos de artritis.
Adicionalmente, se calcula que el riesgo relativo de un evento cardiovascular en quienes tienen artritis es del doble que el de las personas sin este proceso inflamatorio, inclusive, el porcentaje de tener un ataque al corazón se eleva 60% de uno a cuatro años luego del diagnóstico de artritis.
Asimismo, la posibilidad de desarrollar infecciones se incrementa en quienes tienen artritis, debido a factores asociados como la edad, el estado de salud en general, el medio ambiente y el estilo de vida.
“Resulta primordial para los especialistas en reumatología la constante actualización en los avances en el tratamiento de la artritis reumatoide con una visión multidisciplinaria e integral. Hoy en día, sabemos que las innovaciones son obsoletas si no se cuenta con una identificación temprana y un control sobre el proceso inflamatorio para evitar el desarrollo de una comorbilidad que agudice la condición del paciente”, aseveró el médico reumatólogo Jorge Rojas.
Con información de Quadratin
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