Foto: Especial “Hay que adaptarse a las condiciones extraordinarias que tenemos hoy en día”, subrayó Adrián Otero  

Los bancos del país continúan analizando cómo implementarán el plan de reestructuras que anunció la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), aunque recomendaron a la población cuidar el historial crediticio y acercarse con su institución correspondiente para buscar una solución adecuada.

Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), recordó que el programa lanzado por las autoridades financieras no es obligatorio. Sin embargo, cada banco ofrecerá la solución más conveniente para sus clientes, pues se tiene que analizar la capacidad de pago, comportamiento del crédito, entre otros aspectos.

Resaltó que este nuevo esquema tiene algunas ventajas, pero también algunas limitantes al establecer un piso para las reestructuras, como disminuciones de pagos en al menos un 25%, a diferencia del régimen vigente que permite soluciones a la medida de las necesidades y perfil del usuario.

En ese contexto, expuso que las quitas de créditos son “algo delicado”, porque prácticamente los bancos estarían perdiendo su capital y son un sector importante para la reactivación económica después de la pandemia del coronavirus.

“No se trata de sacrificar las utilidades de los bancos, sino de mantener la solvencia de las instituciones bancarias, ese el punto. No es que ahora los dueños van a regalar dinero porque ganan mucho dinero; las utilidades de la banca en lo que va de este año se han contraído sustancialmente”, sentenció en conferencia de prensa.

Solo por el programa de diferimiento de pagos por cuatro o seis meses, la banca dejó de cobrar capital por un billón de pesos y tampoco cobró intereses por 69 mil millones de pesos; con ello se beneficiaron a cerca de 8.6 millones de personas en todo el país que se vieron afectadas económicamente por la contingencia sanitaria.

Ahora, con las medidas anunciadas por la SHCP y CNBV, se propone que los bancos que acepten reestructurar créditos deberán reducir el pago del financiamiento, así como ampliar en un 50% el plazo para saldarlo. También tendrán que existir quitas, condonaciones o bonificaciones que incentiven el pago de los créditos reestructurados.

“Con o sin estas medidas regulatorias, el acercamiento de los clientes y los bancos, acreedor y acreditado, es muy relevante para determinar quién puede pagar y cuánto puede pagar”, enfatizó Niño de Rivera.

Por su parte, Adrián Otero, vicepresidente de la ABM, reiteró que los clientes ya pueden acercarse con los bancos para encontrar el apoyo que más se adapte a sus necesidades, pues todo el proceso se realizará de manera individual.

“Hay que adaptarse a las condiciones extraordinarias que tenemos hoy en día”, subrayó.

 

DAMG