Los dueños de los restaurantes y su personal se pararon este viernes frente a sus locales de París con brazaletes negros, golpeando ollas y sartenes para instar al gobierno francés a no ordenar restricciones más estrictas para detener la propagación del coronavirus.

El ministro de Salud, Olivier Veran, dijo este jueves que la región de París sería colocada en alerta máxima de Covid-19 a partir del lunes debido al aumento de casos.

Los propietarios de los restaurantes temen que nuevos cierres los dejen fuera del negocio. Los bares y restaurantes de la capital francesa deben cerrar a las 10 de la noche bajo las actuales restricciones por coronavirus.

“Es una gran preocupación por nuestros trabajos, por nuestros salarios, por nuestro futuro”, dijo a Reuters Andrea Vincenzi, quien administra el restaurante La Ville de Provins, al norte de París, cerca de la estación de trenes Gare de l’Est.

Los sindicatos del sector de la hostelería se reunirán el viernes en el Ministerio de Salud.

Para evitar cierres, han propuesto medidas que incluyen tomar la temperatura del personal y los clientes antes de dejarlos ingresar, limitar el número de personas por mesa de 10 a ocho y mantener un registro con los detalles de los clientes para el rastreo de contactos, un esquema similar a los vigentes en Alemania, Gran Bretaña y otros lugares.

Veran dijo que la región de París había superado los tres criterios del gobierno para estar en el nivel máximo de alerta. En las últimas 24 horas, la tasa de infección por coronavirus había superado los 250 casos por cada 100.000 habitantes.

El chef Philippe Etchebest, ganador de dos estrellas Michelin, instó a los dueños de restaurantes y bares a protestar contra el posible cierre de sus establecimientos, y les pidió que se pararan delante de sus locales el viernes antes del servicio del almuerzo e hicieran ruido.

Veran ordenó el cierre de bares y restaurantes en la ciudad sureña de Marsella por dos semanas.

PAL