Esta semana coincidieron dos eventos que por diferentes que parecieran dejaron claro que las visiones políticas, por distintas que parezcan a veces llegan a mezclarse. Es como el refrán que dice que los opuestos se atraen. Por un lado, las protestas feministas en la Ciudad de México abrieron todo un debate sobre el uso legítimo de la fuerza pública y el derecho de una minoría a exigir sus derechos. Por el otro, el debate norteamericano dejó entrever extrañas similitudes entre las posturas del Presidente Trump y el apoyo de algunos grupos en nuestro país.
Tras las protestas que se realizaron en el marco del Día de Acción Global para el Acceso al Aborto una foto se volvió viral en redes sociales; el rostro de una mujer policía que claramente tenía los ojos vidriosos como en signo de que fuera a llorar. Los grupos afines a la 4T que salieron a la defensa de Claudia Sheinbaum promovieron fuertemente esta imagen acusando a las manifestantes de agredir a la fuerza pública. Lo interesante de esta estrategia es el discurso con el que salieron a denostar la manifestación. Los activistas digitales de la RedProAMLO comenzaron a criminalizar la protesta, un argumento que siempre ha sido característico de la derecha. Aquí el primer similitud entre el Gobierno de izquierda en México y el partido de derecha en EEUU.
En el debate que sostuvieron el presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden. Uno de los argumentos centrales que utilizó el Presidente de EEUU para atacar a su contrincante demócrata es que no era capaz de hacer uso del cumplimiento de la ley. Ello, porque Biden servía a los radicales de izquierda que no quieren hacer el uso de la fuerza pública para impedir la violencia en las protestas. En México el grupo en el poder, pero con una agenda de izquierda, había utilizado a sus simpatizantes en redes para criminalizar la protesta, para acusar a las mujeres que se manifestaron de agredir a la fuerza pública y por ello merecían ser reprimidas. Justo lo que en Estados Unidos el establishment de derecha busca hacer con los manifestantes del movimiento #BlackLivesMater.
Otra de las similitudes que se dejaron ver ambos grupos es en la manera en que se viralizan y propagan los ataques en contra de sus adversarios. Por un lado, Claudia Sheinbaum y sus operadores digitales de MORENA en la capital, promovieron a través de un blog aliado “Guruchurier” un discurso que apelaba a las emociones de una mujer agredida por las radicales manifestantes. Además, a punta de la fuerza bruta digital buscaron posicionar entre la opinión pública digital un rechazo hacia las manifestantes y promover la condena de esa violencia. Este modus operandi, ha sido ampliamente estudiado en el marco de la pasada elección en EEUU. Esta operación fue ampliamente utilizada por la derecha que ahora está en la Casa Blanca, una serie de activos digitales posicionan temas en sus portales y sus comunidades los viralizan para así destruir y debilitar a sus adversario políticos.
No sorprende que el partido en el gobierno utilice todos los recursos a su disposición para controlar la agenda. Tampoco espanta que con estas acciones, se deje ver el dicho por todos conocidos de que “todos los políticos son iguales”. Lo que no deja de llamar la atención es que quienes durante años activaron la protesta social, quienes sí tienen un entendimiento del sentir social y de la protesta como una vía para reclamar derechos, sean a la vez tan poco creativos para apagar estos fuegos. Que recurran a las estrategias que los estrategas de Donald Trump han utilizado para encender a los radicales y extremistas de derecha en contra de las minorías. Si realmente Claudia y su grupo en la CDMX busca llegar a la Presidencia de la República necesitará soluciones más creativas por parte de sus asesores y proveedores digitales. Estas soluciones parecen dictadas por un personaje como Bannon y no de alguien que dice “conocer el sentir social” y que ha militado durante años en la “izquierda”.